El suceso tenía lugar este jueves y era protagonizado por decenas de estas aves carroñeras que parece han modificado sus hábitos alimenticios ante la falta de comida en el campo
Un ganadero de Lumbrales ha denunciado la muerte de una vaca y el becerro por un ataque de buitres durante el momento del parto. Horas antes del suceso el animal se encontraba en perfectas condiciones, aunque ante la proximidad del parto su propietario acudía de nuevo a la parcela donde se encontraba la vaca, percatándose en ese momento de que decenas de buitres levantaban el vuelo. Posteriormente descubriría la vaca y el ternero ya sin vida y con partes del cuerpo comidas por los buitres.
Como se ha observado en otros muchos sucesos similares, los buitres aprovecharían el momento de máxima indefensión y debilidad de la vaca para atacarla junto a su becerro, y que no es otro que el momento del parto.
Hay que recordar que la Junta de Castilla y León no reconoce los ataques de buitres al ganado a pesar de varias sentencias en las que se han demostrado los hechos, por lo que el ganadero, en este caso, no recibe indemnización alguna, pues tampoco este tipo de daños se incluye en las pólizas de seguro.
Cada vez son más los casos denunciados por ganaderos en los que achacan a estas carroñeras el ataque a animales con vida hasta producirles la muerte para posteriormente alimentarse, lo que indicaría un cambio sustancial de los hábitos alimenticios de estas aves.
La causa de esta modificación del comportamiento se debe a la ausencia de alimento en el campo ante la obligatoriedad de retirar los cadáveres de animales a partir del año 2000, media que era consecuencia de la aparición de la enfermedad de las ‘vacas locas’ (Encefalopatía Espongiforme Bovina). Otro de los hechos que ha determinado la escasez de alimento ha sido la clausura de los vertederos, instalaciones que en un principio incluso contribuyeron al crecimiento demográfico del buitre leonado.
Asimismo, a partir de que las administraciones decidiesen su protección a mediados de los años 80 del siglo XX, ante un claro retroceso de las colonias de buitres en la Península Ibérica, se ha observado una gran explosión demográfica de la especie. En lo transcurrido del siglo XXI el número de ejemplares de buitre común se ha multiplicado por ocho.
De acuerdo con los datos ofrecidos por el último censo nacional, realizado en 2018, la población de buitre leonado alcanzó ese año las 30.940 parejas frente a las 4.219 contabilizadas en 1999. En 1979 se censaron 489 parejas y en 1989 su número era de 1.932, según recoge el informe de la Junta de Castilla y León para el ‘Seguimiento del estado de conservación de la población reproductora de buitre leonado en áreas control de Castilla y León. Año 2019’.