El día 24 de julio, aún con el recuerdo vivo del fin de semana en Morille, regreso al sur, a Moguer, al Encuentro de poetas del Extremo que, también cada año, se lleva a cabo gracias al incansable Antonio Orihuela. Son tres días de poesía, amistad, encuentros, abrazos, sonrisas, respeto, palabras y silencios. Este año que, para mí, ha significado un duro invierno, en mi cabeza siempre se repetía la frase: "Llegará Moguer", y por fin, el jueves iremos a su encuentro. Allí abrazaremos, sonreiremos, miraremos, ... pero sobre todo, escucharemos poesía en el mayor silencio y respeto. Días de generosidad, amistad y belleza que alimentan el alma para el regreso. Días que acarician sin que nos demos cuenta.
Alguien dijo el otro día que quién no haya vivido el PAN no puede entenderlo. Yo confirmo esas palabras en ambos encuentros: Quién no haya estado, es posible que crea que exagero. Allí me encontraré y abrazaré con mucísimas ganas a Felipe, Begoña, Joaquín, María, Uberto, Eladio, Isa, El Niño, ... a Antonio Orihuela. Y respiraré de nuevo el alma de las cosas y la palabra que se hace POESÍA. Gracias, Antonio Orihuela, por seguir haciéndolo posible.