Se celebra cada año el 21 de marzo, conmemorando una de las formas más preciada de expresión e identidad lingüística . La poesía, fue practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla común del ser humano, fuente de valores compartidos, transformando el poema más simple, en poderoso catalizador de diálogo y paz.
La UNESCO adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética.
Las riqueza poética tienen raíces muy antiguas, que se extienden a las primeras formas de literatura escrita, entre las cuales pueden encontrarse obras como la Epopeya de Gilgamesh o La Angustia por la Muerte, poema épico nacional de los antiguos sumerios, o el babilónico Enuma Elish, rima babilónica que narra el origen de la Humanidad. En acadio: "cuando en lo alto" son las dos primeras palabras del la composición. Está recogido en siete tablillas de arcilla halladas en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal (669 a.C.- 627 a.C.), Nínive. También los Vedas, libros religiosos del hinduismo, o la trova épica de la Ilíada o la Odisea de Homero, entre muchos? fueron escritos con estructuras rítmicas, posiblemente para ser cantados ante auditorios de gentes mayormente iletradas, en rituales o fiestas populares, así como para facilitar su recordación por parte de los sacerdotes y los intérpretes.
EFIMERA CANDELA
Tibio helecho de luz,
miel impaciente,
candela ardiente que al quemar abrasas.
noche,
aliento
pasa sin luna el recuerdo del beso
Y pronuncio tu nombre,
y me traspasa, hasta elevarme al cielo,
y en esa hoguera,
que no quema
me recupero
y emprendo vuelo,
y salvo el viento,
tejiendo tormentos.
He de partir, gota pertinaz,
enamorada de amar.
Y aun tremolan mis manos
el ultimo abrazo
y amamantan palomas mis pechos
La tierra te cobija,
y la sombra grita en clemente desamparo
sudario,
lienzo
velo de pureza? te amo.
Humedeceré tus secos labios
y ocultando un beso tras la sábana
abrigaré tu caja.
Isaura Díaz de Figueiredo