He podido empezar esquiando con mis hijas y mi mujer en Astún alojándonos en Jaca durante cinco días. Pienso en mi hija Paula acabando medicina si Dios quiere, Beatriz acabando tercero de Psicología y Clara con su baloncesto y primero de bachillerato.
Me llegaron bonitos mensajes de chicos y chicas de Santiago Uno presentes y pasados. Algún premio como institución y algunos líos como siempre.
Disfruto viéndome superado por hijas y alumnos especiales.
Hemos celebrado el cincuenta aniversario de la Casa Escuela Santiago Uno, el congreso de pastores e inclusión social, y el día a día que es lo que cuenta. Es verdad que los eventos dan visibilidad y permiten conseguir recursos.
Nuestro compromiso principal es con las niñas más abandonadas y con buscar alternativas de sostenibilidad para el cuidado del Planeta. ¿ Por qué no vamos a generar nosotros propuestas más válidas que los gobiernos?.
El propósito es seguir generando igualdad de oportunidades sin prejuicios. Tener fuerzas para acompañar a nuestros chicos y acercarnos a las realidades más desfavorecidas.
Podría pasarme el resto de mi vida sumergido en la lectura y viendo series. Pero sería muy egoísta. Interesante libro el de “ Jerusalén, santa y cautiva” de Mikel Ayestaran. Una ciudad apasionante para mí y con muchas respuestas, espero volver. Allí fui con mis hijas intentando cultivar un poco de espiritualidad cristiana difícil en estos tiempos de redes sociales desbocadas.
La historia inadecuada, a veces confunde, pero es necesario conocer y respetar tantas milagrosas trayectorias vitales.
Yo experimento las distintas versiones de la historia de mi familia y de la Casa Escuela Santiago Uno, esas en las que estoy dedicando mi vida mejor o peor. Sí me molesta que los egos ensucien recorridos de vida meritorios.
Siempre ha sido el equipo, encontrar espacio para que todos podamos crecer con nuestros limitados talentos al servicio de estos niños merecedores de la mejor educación.
Otro concepto clave para el 22. Esperemos seguir enriqueciéndolo en el aula y fuera de ella, por los campos de Castilla y León, en nuestra escuela viajera por Italia y en nuestra cooperación en Marruecos. La vida con el covid, vacunados , seguiremos asumiendo responsabilidades ecosociales porque nuestra vida no vale más que la de quienes no tienen vacuna, el respetable exceso de miedo también puede ser egoísta.