Hoy el escritor está desconcertado, confuso, asustado y a punto de llorar. Hoy el escritor se encuentra en el mismo lugar de cuando tenía 8 años de edad (Ver foto) y el fotógrafo ambulante que iba “retratando” por los pueblos, hizo la foto personal y, tal vez sin proponérselo, también la del alma. Hoy el escritor es un anciano que tiene en su “mochila” muchas ausencias de seres queridos, familiares y amigos. Hoy el escritor se debate entre emociones de tristeza y alegría, sin saber cual pesa más. Hoy el escritor, al volver a este lugar en el que como por arte de magia se ha vuelto niño en una vida que comenzaba y que hoy, a los 87 años de edad, ya está casi acabada.
Pero hoy al escritor y por paradoja; le ha devuelto la ilusión aquella foto hace 79 años en la escuela de El Cerro lugar lejano en la provincia de Salamanca donde su padre ejercía de médico. En las escuelas por entonces había muchos niños y todos fueron fotografiados.
Decía que hoy el escritor está en el mismo lugar en que se hizo la foto, para ser testigo de un acto singular cargado de sentimientos. Comentaba un personaje muy célebre e ilustrado: “No. No renunciemos por dolorosa a la memoria. Llevémosla pegada a nuestra espalda como un doliente pero inexcusable flotador. Recordar que es la carta que nos ha tocado jugar en la difícil suerte del naipe de la vida”. Y tiene el buen hombre toda la razón.
Hoy el escritor, como en un cuento de 'Érase una vez...' tiene que contar agradecido pues ha vuelto a este lugar con motivo de la presentación de 'El Rincón de Anselmo' en la sala social Ágora de El Cerro. El escritor ya tenía en ella seis libros propios donados; pero acumulaba en su Biblioteca particular muchos más de distintos temas y autores. Así que un día decidió, previas consultas a familiares y personas integrantes del Ayuntamiento de El Cerro, donar también todos estos libros, más de cien, para que pasasen a formar partes de la Biblioteca Municipal del lugar. Y ello fue dicho, aceptado y hecho…
Por ello no es de extrañar que el viejo escritor hoy esté cargado de emociones encontradas al ver colmado un deseo qué tal vez venía fraguándose desde aquella lejana fotografía escolar. Pero también piensa por otra parte que tiene su mérito poder ver realizado en vida la culminación final de este deseo. ¡Aleluya!
Pero por paradoja, el escritor cuando ha realizado la obra culminado el deseo y recibidos los parabienes, presiente siendo realista que está viejo, su ánimo decaído, vísceras rendidas y voluntad cansada.
El escritor presiente la mella del tiempo y que el volver al lugar donde fue feliz cada vez le es más difícil. Ya lo insinuó en uno de sus libros 'Desde el Campanario- reflexiones en voz baja'. “Es el esplendor de los lejanos momentos der felicidad los que hacen insoportable envejecer”… Y menos aún, cuando en el año-2013-, fue el Pregonero de las Fiestas del lugar que el escritor nunca podrá olvidar. Y todavía menos cuando el 25 de agosto 2017, el Excmo. Ayuntamiento de El Cerro nombra hijo adoptivo a Don. Anselmo Santos Hernández “por su dedicación literaria, compromiso y amor por este pueblo”. El CERRO-25 DE AGOSTO 2017.
Hoy, en este acto singular, el escritor siente especial orgullo al pasar a formar parte con esta donación de libros de la FUNDACIÓN Y CULTURA DE EL CERRO-, que va a dedicarse a la conservación de la propia cultura, la memoria de los antepasados, sus costumbres y manera de vivir.
Por último, aunque podía escribirse mucho más. El escritor quiere dar las gracias a todos los vecinos de El Cerro y a su excmo. Ayuntamiento-, (Ver foto), por haberme aceptado como-HIJO ADOPTIVO-, y ahora con este gran regalo de permitirme estar en su biblioteca cultural. Pues eso.
Y… este cuento ha terminado. ¡FELIZ NAVIDAD!