OPINIóN
Actualizado 14/12/2021
Anselmo Santos

"Los papeles antiguos fueron al fuego, pero el escritor mientras los veía arder, se quedó pensando si no había acabado de cometer una insensatez; quizá los papeles viejos lleguen a viejos, precisamente, para que se los respete y mime". (Camilo Jose Cela).

No sé si por el mucho tiempo que me sobra ahora o por esto del virus, que todo lo ha trastocado y confundido, el caso es que me ha entrado la "manía" de recopilar papeles viejos de lo mucho que he escrito en prensa y libros, también apuntes manuscritos para Televisión o Radio. Me los he llevado a la parcela y los que he considerado que "están muy vistos" o han sido plasmados en medios avanzados digitales? ¡Los estoy quemando en la barbacoa!

Precisamente estando inmerso en esta tarea destructiva días pasados aparecieron unas fotos y también escritos amarillos por el paso inexorable del tiempo; con connotaciones varias, hechos y sucedidos ocurridos hace ¡1000 años! en los que estoy con dos amigos de aquella época y no pude menos de extrapolarme a un momento de mi vida, de particular recuerdo? Y que ahora el escritor "en su honesta ingenuidad ha querido poner un poco de orden en sus papeles, en los nuevos y en los viejos, en los de ayer y en los de hoy".

Tengo que reconocer que también me ha movido a este "desmoche" de ideas, ilusiones y muchos recuerdos el hecho de que hace ya tiempo entregué en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca (Previa petición), cinco cajones de plástico ¡de esos de los chinos y que tienen ruedas! Repletos de, fotos, textos y cintas digitales, para su Digitalización adecuada. Y que cuando esté terminada, con sólo apretar la "tecla" correspondiente salga a relucir en toda su pujanza aquello? que de otra forma, seguramente estaría quemando en la barbacoa de la Parcela.

¡Ya están tardando en comunicarme que todo está terminado!... Señor Anselmo; puede usted pasar por el Archivo. Entre otras cosas porque tengo 87 años de edad y que co? ¡Quiero que sea en vida y no a título póstumo la noticia!.

Hoy quiero hablaros de José Luis Albarrán Calles, un salmantino ilustre y muy célebre (Ver foto) con Albarrán en el centro sosteniendo un trofeo, Ricardo a la izquierda y servidor a la derecha. Fue nada menos que ?Campeón Olímpico- de velocidad en el año 60 en Roma. Muchas carreras de velocidad ganadas y miembro posteriormente del-Comité Olímpico Español. Fue muy buen amigo mío de juventud. Y junto a Ricardo (Hijo del dueño de Calzados MAGDA) formábamos un buen trío. Después? la amistad se fue "apagando".

A pesar de que también coincidimos haciendo la "mili" en Intendencia de Valladolid y posteriormente en Intendencia de Salamanca (Ver foto de los dos), él en oficinas (escribía a máquina) y yo en Transportes Militares. Una etapa curiosa de mí vida ya que junto a Horacio Santos (no era de la familia) y su hijo ayudados por su viejo camión íbamos a la Estación de trenes salmantina a retirar las distintas mercancías que llegaban para los acuartelamientos de la ciudad y que nosotros repartíamos por las mañanas?

Tengo que resaltar, aunque posiblemente sea un subterfugio (Escapatoria, excusa artificiosa" mía para defender lo que voy a escribir y decir a continuación). Con José Luis siempre tuve una historia complicada a pesar del aprecio mutuo y el cariño que siempre me demostró su estupenda familia. Más bien eran "piques" propios de temperamentos muy iguales en fondo y forma. Puedo asegurar y aseguro que yo gané cuando competíamos a ¡todo un Campeón Olímpico!... Y muchas veces José Luis, que tenía gran orgullo, lloró la derrota. ¿Qué pasó después? Algo sencillo; él era terco y perseverante, disciplinado. Así llegó a ser-Campeón-. Por mí parte; y al contrario de como se cuidaba, yo hacía vida sedentaria, con largas partidas de dominó, chamelo y tute en el "Villarrosa", "El Gallo" y "Bar Deportes" tragando el humo de las farias que se fumaban los otros tertulianos. Y ello no era compatible con el deporte? ¡Ni mucho menos! Por Diosssss diría nuestra querida amiga Mari Loli?

Durante nuestra estancia en Intendencia, también tuvimos nuestras discrepancias pues a él le gustaba más el ser-transportista militar-que oficinista? pero no pudo ser ya que sabía escribir a máquina.

Hace mucho que no le veo y menos charlo con él. Me cuenta una de sus hermanas con la que coincido en nuestros paseos cotidianos por las calles salmantinas que "anda bien", ya no corre y con los achaques propios de los que tenemos mucha edad. Yo siempre le he seguido apreciando. Y no es lo que digo un subterfugio, escapatoria o excusa artificiosa. Es la pura verdad. Pues eso.

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