Después de un día de estudio, deporte, asambleas e intervenciones terapeúticas y arte. Sobretodo de convivencia plural y diversa entre educadores y chicas y chicos.
Son días intensos porque de redefinen situaciones dramáticas de violencia de género o abandonos o abusos interfamiliares. Todo esto desde una gran dosis de alegría mientras se monta a caballo, se hace mimbre o se da de comer a unas aves rapaces.
Niñas " LUZ" que no saben responder a lo que más le gusta de su vida y mucho menos a lo que les gusta de ellas mismas.
Su sueño es tener paz, después de un paliza no acepta denunciar y la última no ha sido la mayor. El escuálido maltratador que también lo hace con la madre que lo ampara.
Increíbles dotes de actriz, se pasa estas últimas semanas durmiendo con una depresión autodiagnosticada mientras no la atiende el psiquiatra de la anorexia.
Espero que montemos a caballo hoy y la próxima semana se quede a brillar en la Casa Escuela haciéndonos un favor a todos para conseguir ir a todas las clases al no haber conseguido asistir más que a un 10%.
Los celos son normalmente un poderoso motor para la violencia.
Los mensajes de las mujeres empoderadas no les llegan porque su felicidad está comprometida y dependiente. No les valen los adecuados consuelos.
Llegan las Navidades con sus escaparates de familia de papel cluché.
La noche riega sus penas con adultos que venden ilegalmente alcohol y porros o se acercan con mezquinos intereses sexuales.
Nos resulta difícil proteger en medio abierto su salud mental en medio de una Gran Vía donde la libertad de los mayores se sacraliza en unas fiestas irrespetuosas con la niñez.
Suele ser la peor parte del fin de semana las dos horas de salida. Cuando están encerrados en un centro con privación de salidas y guardas de seguridad mejoran un tiempo algunas conductas pero cuando salen se repiten los mismos riesgos.
La importancia de los vicios sanos, aquí invertimos desproporcionadamente en baile, canto, viajes, cultura. Pero evidentemente no es suficiente.
El mundo de los guays rompe muchos itinerarios. Incluso las chicas que comienzan a trabajar jóvenes en ese mundo para dinero rápido les dificulta la continuidad de estudios que muchas sí consiguen. He lamentado las pérdidas de la restauración por el COVID, pero no las del mundo de la noche.
Es un mundo peligroso para nuestros menores desprotegidos. Prima el beneficio económico frente a la salud de los menores. Siempre se apodera la impotencia del buen trato. No sabemos trasmitir prioridades y nuestra influencia es relativa. Eligen en ocasiones la sabiduría del portero de discoteca frente a la ignorancia del educador.