Llegó Xavi Hernández con su disfraz de evangelistas y nos vendió la primera semana que con su "modelo" y con sus "normas" aquello del Barça iba a funcionar "puta madre". Pero no debe conocer Xavi el refranero español, sobre todo aquel que dice "Una cosa es predicar y otra es dar trigo". Así que, ayer, en Münich el Barcelona perdió 3-0 y no se ha clasificado para la "Champions". Terrible. Otra puya de menos 20 millones de euros que no recaudan los barcelonistas.
Hay un librito sobre "El Evangelio de Mourinho". A lo mejor alguna pieza de las citadas les vendrá bien a los barcelonistas porque el panorama es poco alentador. En todo caso, como decía al principio, no creamos en los dogmas fáciles que solo son válidos cuando el equipo gana.
** "Para mí la táctica no es importante, es importante el principio de juego. No importa tener un extremo más o jugar con dos delanteros centro. Lo que importa es cómo juega el equipo".
** "Estoy intentando ser más simpático".
** "A mis hijos no les dejo hacer lo que quieren. ¿Por qué debería dejárselo hacer a mis jugadores?"
** "Mi filosofía es que los jugadores tienen que adaptarse al modo de pensar de su entrenador".
** "Me gusta decir que cuando ganamos es por mérito de los jugadores, pero que cuando perdemos es por culpa mía".