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Actualizado 05/12/2021
Vanesa Martins

Lleva seis años en España y destaca que "no se emigra por gusto". Tras un duro viaje ahora es feliz: 'Salamanca Acoge' es todo lo que tengo.

Este mes de diciembre Mouri cumple 24 años, tiene toda la vida por delante pero ya lleva mucha historia a sus espaldas. Es de Guinea, pero hace seis años comenzó un largo y duro viaje en busca de una vida mejor y en busca de la felicidad. "Cuando salí de Guinea tenía unos 18 años. Mi vida en Guinea era muy difícil y no se emigra por gusto, se emigra por algo", cuenta Mouri en una entrevista a SALAMANCArtv AL DÍA.

Imagina tener que dejar a tu familia a miles de kilómetros en busca de algo mejor. "Salir de tu país es por algo especial, la vida que tenía allí era complicada", cuenta con un suspiro... "Salí de Guinea con el objetivo de mejorar mi vida y poder ayudar a mi familia. Es muy duro y cuesta soportarlo para seguir adelante", relata.

"El viaje fue duro, complicado". Era un viaje que no estaba planeado, se puede decir que iba a la aventura. "La decisión sí la tenía tomada, pero no estaba planeado. No pude ahorrar dinero para salir del país. Salí de una manera muy rápida y decisiva". Cuando comenzó el viaje, su primer destino fue Mali, un país vecino donde pasó una temporada. "Una vez allí, para poder continuar el viaje y conseguir dinero, estuve trabajando en la calle, haciendo un poco de todo, buscándome la vida para poder sobrevivir", cuenta Mouri emocionado. Después llegó a España, a Madrid, y empezó a ver cómo su sueño se iba haciendo realidad. "Siempre quise poder venir a España. Pero lograrlo fue algo espectacular. Llegar a España fue pensar que mi sueño ya se había hecho realidad, pensaba que tenía el paraíso".

Pasó unos meses en Madrid, donde solicitó el Plan de Protección Internacional, y desde allí le recomendaron venir a Salamanca. "No lo elegí yo, una vez solicitado el Plan me recomendaron venir aquí, a la asociación Salamanca Acoge". Una vez en Salamanca su vida comenzó a cambiar. Dice que su llegada a la capital charra y a la asociación fue mejor de lo que se imaginaba. "Conocer la asociación me ha ayudado a levantar la cabeza muy alto y sin miedo. Me ha hecho sentirme más fuerte y me ha demostrado que no tengo que tener miedo. Me ha enseñado a creer en mí mismo".

Emocionado durante la entrevista, Mouri cuenta cómo al llegar aquí no hablaba nuestro idioma y gracias a la asociación ahora puede mantener una conversación clara.

Cuando habla de la Asociación se nota ese brillo en sus ojos y se queda sin palabras para agradecerles todo lo que han hecho por él. "Sé que Salamanca Acoge tiene un truco que no tienen muchas personas. No es el dinero, es saber cuidar a la gente. Para un inmigrante como yo, estar en un lugar solo, sin nadie de tu familia a tu lado para ayudarte, es muy difícil, y entender a una persona africana es muy complicado. Salamanca Acoge es lo único que tengo aquí, son mi familia de aquí. Son todo lo que tengo".

"Ahora soy feliz", dice con una sonrisa en la cara que la mascarilla no deja ver, pero sí sus ojos, su mirada. "Gracias a Dios tengo una vida feliz. Lo agradezco mucho y dentro de mis oraciones siempre agradezco a Salamanca Acoge. Todo lo que me han dado me vale más que cualquier ayuda, me ha ayudado personalmente, físicamente, psicológicamente. En todo, no me ha faltado nada". Él mismo dice que actualmente "hace un poco de todo, trabajo y estudio". No se ha desvinculado de la asociación y colabora con ellos, dando alguna que otra charla en institutos. Toda su familia continúa en Guinea, les echa de menos pero aquí está feliz y "ellos están felices por mí".

En el futuro no sabe cómo se verá, pero tiene clara una cosa: quiere ayudar a la gente. "El futuro nunca se sabe. Lo que tengo ahora siempre ha sido mi sueño y no sé dónde estaré mañana o pasado mañana, pero por mí mismo quiero ser algo más de lo que soy. Quiero ayudar a otra gente como me han ayudado a mí. Devolver ese favor a otras personas. Ese es mi gran sueño, aunque con cualquier cosa sería feliz".

A las personas migrantes como él les dice que tengan "fé y paciencia". "Todo el mundo queremos ir deprisa pero la prisa no sale bien. Hay que apretar mucho más el cinturón para poder cumplir tu sueño. No es hablar, si hablas algo tienes que actuar. Y no hace falta tener un mal comportamiento, esto es algo que no todo el mundo tiene en consideración. La conducta es muy importante pero hay mucha gente que la pierde. Por eso yo siempre le digo a mis amigos que con paciencia y aprendiendo, hay que devolverle a la persona que te está tendiendo su mano un favor, aunque sea pequeñito, pero hay que intentar hacerlo, si lo haces siempre va a salir bien", concluye Mouri.

SALAMANCA ACOGE, veinte años ayudando a las personas migrantes

Salamanca Acoge cumple 20 años. Nació como "una pequeña asociación que observa como la inmigración durante los años de crecimiento económico de finales de los 90 se hacía cada vez más presente en nuestra ciudad, decide ponerse manos a la obra y asociarse para ofrecer apoyo a estas personas recién llegada", tal y cómo cuenta a SALAMANCA AL DÍA Pablo Martín Blanco, uno de sus técnicos y responsable del departamento de comunicación. Actualmente, Salamanca Acoge está integrada dentro de la Federación de Red Acoge y en 2013 fue reconocida como Entidad de Utilidad Pública por el Ministerio del Interior.

En lo que va de año hasta noviembre han realizado 6.772 atenciones de las cuales 278 eran personas que acudían por primera vez. "Nuestros usuarios suelen ser personas migrantes que llegan a nuestra ciudad con pocos recursos o con muchas dudas sobre diferentes trámites. Sin embargo atendemos también a personas nacionalizadas y a españoles de origen que tienen algún problema relacionado normalmente con trámites de extranjería para familiares, parejas, etc?", añade Pablo Martín.
Cuando una persona llega a Salamanca Acoge pasa por diferentes áreas. "La primera es la de Primera Acogida, es la más importante porque permite proporcionar ayuda directa en caso de que la persona tenga dificultades con algún trámite de sencilla resolución y también ayuda a crear un perfil del usuario para derivarlo a otras áreas. Tras esta primera toma de contacto, se deriva a la persona al área más indicada para gestionar sus necesidades".

Además de trabajar diariamente con los usuarios, desde las distintas áreas desarrollan proyectos dentro del marco de la Red Acoge, enmarcados dentro de la Dirección General de Integración Humanitaria (DGIAH) y son financiados por el Ministerio de Inclusión. El Proyecto Sensibiliza, "en el que trabajamos en estrecha relación con empresas de todo el país en el desarrollo de un índice de Gestión de la Diversidad en los entornos laborales". El proyecto Inmigracionalismo, "en el que analizamos el discurso mediático sobre migraciones, monitoreando más de 3000 noticias anualmente y trabajando con los medios de comunicación". El Proyecto de Igualdad e Trato y no Discriminación, "en el que localizamos, registramos y actuamos sobre casos de discriminación y delitos de odio". El Proyecto APS, "es un proyecto encaminado a promover en la juventud y en los centros escolares una ciudadanía comprometida con la realidad intercultural de nuestro país a través del aprendizaje y servicio".

"En definitiva, nuestro trabajo no se reduce únicamente a la ayuda individual, sino que también buscamos incidir en nuestra sociedad para producir cambios que redunden en una mejoría de la cohesión social", añade Pablo Martín Blanco.

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