OPINIóN
Actualizado 09/11/2021
Redacción

Mezclando lógica y realidad, mi imaginación sí que volaba y me dejaba llevar hasta donde el tiempo me diera cada día

Si hay algo que me impactaba de chico eran los superhéroes con capa. Atrás quedó eso de querer volar con mis superpoderes, sería un problema seguir con lo mismo, pero en mi infancia siempre andaba con una capa por casa y cuando bajaba a la piscina con los amigos mi toalla era la que me hacía volar. Tres pasos y un salto y mi capa era todo lo que necesitaba para sentir que volaba.

Los niños de aquella época imaginábamos ser superhéroes, que era a lo que nos invitaban los tebeos y las series del momento y qué buenos momentos pasamos tirándonos a la piscina en fila pensando que éramos Supermán o Tarzán, Spiderman o Tortugas Ninja. Un día imaginábamos que rodábamos una película de acción y volaban nuestros puños, y al siguiente nos mojábamos con los aspersores esquivando balas imaginarias. Otro día éramos Los Vengadores de Marvel disparando con nuestras pistolas de agua a las abejas y avispas que merodeaban en la fuente cercana a la piscina. Si alguno era atacado distinguíamos entre si el agresor había sido abeja o avispa y después nos aplicábamos arena mojada como posiblemente habíamos visto a nuestras abuelas y seguíamos con nuestra guerra, ahora con más motivo, pues la defensa era más real siempre después de un ataque.

Eran tiempos de mucho tebeo y de muchas horas libres para discutir con mi hermana y amigos sobre nuestro héroe favorito y sus habilidades especiales. Yo soñaba con volar y hacerme invisible, aunque sabía que era imposible pues mis padres no eran extraterrestres que vinieran de otro planeta, ni mi familia tenía un laboratorio en la bodega donde experimentar con la invisibilidad, aun así, mezclando lógica y realidad, mi imaginación sí que volaba y me dejaba llevar hasta donde el tiempo me diera cada día.

Las series de nuestra infancia nos hacían pasar grandes ratos, pues muchas tenían que ver con lo que nos pasaba a diario, como Verano Azul, o con lo que queríamos que nos pasase, como El Equipo A, el Coche Fantástico o MacGiver.

Yo creo que fui de los tardíos de mi generación a la hora de hacerme un poco más adulto, me resistía quizá a hacerme mayor y ahora veo que me pasa de nuevo, aunque me siento joven y hasta un tipo guay, adaptado a las nuevas tecnologías, moderno y con las ideas claras, lo cierto es que veo que antes buscaba jaleo y diversión, ahora soy más de manta y peli y cuando llegan las doce me convierto en Cenicienta y quiero irme a casa corriendo. Ahora, como antes, sigo soñando en superhéroes, pero más de los que buscan pócimas que te hagan volver al pasado o busquen soluciones a otros problemas diferentes, más reales, aunque menos fascinantes.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Los héroes de mi infancia