Si hace unas semanas nos despertábamos con la penosa realidad de que los Presupuestos Generales del Estado daban la espalda, una vez más, a la provincia de Salamanca, esta vez, en pleno puente de Todos los Santos, la Junta de Castilla y León nos sacudió otro bofetón a los salmantinos, con unos Presupuestos autonómicos que no se le quedan atrás a los del Estado en lo de ser penosos para Salamanca y, particularmente, para el noroeste de la provincia.
Por supuesto, el guión de los representantes de los grandes partidos ha sido el esperable, el de anteponer sus siglas a Salamanca, tirando de comentarios de peloteo y alabanza a aquellos presupuestos que se presentaban desde su orilla ideológica, y críticas para los que venían de la otra. De tal modo que al PSOE y Podemos los presupuestos del Estado le parecían algo así como el paraíso, y a PP y Cs el infierno, y viceversa, los de la Junta eran a ojos de PP y Cs una verdadera maravilla para Salamanca, mientras que el PSOE los criticaba.
Pero más allá de los juegos políticos del "y tú más" a los que nos tienen acostumbrados los grandes partidos nacionales, la realidad de las cifras nos muestra que las inversiones en nuestra provincia son más bien escasas tanto en los Presupuestos del Estado como en los la Junta, y desde luego claramente insuficientes si se pretende revertir el declive que sufrimos en Salamanca a tenor de los índices socioeconómicos.
Y es que, desgraciadamente, yendo al detalle de los Presupuestos de la Junta de Castilla y León, todo lleva a pensar que buena parte de las partidas presupuestarias consignadas en Salamanca no pasarán de postureo y no llegarán a ejecutarse. Parece el caso, por ejemplo, del centro de salud del Zurguén, en la ciudad de Salamanca, para el que solo se han presupuestado 18.000 euros para acometer un proyecto de casi 3 millones de euros, del cual hasta ahora sólo se ha hecho el proyecto, merced a una enmienda presupuestaria presentada por UPL a los Presupuestos de 2018, cuya ejecución la Junta demoró hasta 2021. Ahora, los 18.000 euros presupuestados para 2022 hacen deducir que en realidad no se va a hacer nada, o que como mucho se gastarán la partida en plantar un cartel para decir que van a hacer algo que no están haciendo, pues poca obra se puede iniciar con esa partida.
Otro tanto se puede decir del centro de salud de Prosperidad, con un coste estimado de construcción de unos 3 millones de euros, y para el que la Junta sólo ha consignado 30.000 euros, una cifra que ni tan siquiera daría para cubrir la primera fase de redacción del proyecto, que en este caso no está ni hecha. Asimismo, si nos vamos a las obras de reforma del centro de Santa Marta estaríamos en las mismas, con 18.000 euros presupuestados para una reforma a la que restaría, además de dicha cantidad, otros 650.000 euros para poder llevarse a cabo.
Y hasta ahí la inversión nueva de la Junta en la Sanidad de nuestra provincia, sin que haya rastro alguno de dotar de una ambulancia de emergencias propiamente dicha a Vitigudino, o de darle un carácter comarcal al hospital de Béjar, infrautilizado por aquello de que casi todo se deriva a Salamanca por falta de dotación en las comarcas.
Pero si en materia sanitaria la provincia se lleva un soberano tortazo, en materia industrial la cosa no se queda atrás, con apenas 60.000 euros de inversión para el polígono de Ciudad Rodrigo (sobre un proyecto en el que la Junta, promesas aparte, aún no ha invertido nada y al que le restarían 6 millones de euros para llevarse a cabo). Y del resto de la provincia, ni rastro en este aspecto. Nada se sabe de la millonada que anunció hace un mes a bombo y platillo Mañueco que invertiría para desarrollar el Puerto Seco de Salamanca, para el que no se recoge ninguna partida de inversión, como tampoco se recoge para otras zonas de la provincia.
Sin embargo, hay que reconocer a la Junta que no se sale de su planificación tradicional en industria, con una apuesta clara por el eje Valladolid-Palencia-Burgos (que se comen el 88% de la inversión prevista en polígonos en 2022), y un abandono total en el impulso industrial de la Región Leonesa, cuyas tres provincias en conjunto no suman ni tan siquiera el 2% del total autonómico en este ámbito. Creerán que en nuestro 'lejano Oeste' nos sobra industria y empleo?
Algo de luz sí se ve en Educación, poniéndose por fin en marcha el nuevo instituto de Guijuelo, tras más de una década desde que se incluyó en Presupuestos sin que se cumpliese con las inversiones prometidas. Esta vez la cuantía de la partida (1'9 millones) hace pensar que sí puede por fin darse ese paso, aunque restarían 6 millones de euros más para poder finalizar el proyecto, que en las tablas plurianuales diseñadas por la Junta se fija en todo caso más tarde de 2025.
Sí parece que llegará antes la reforma del colegio de Castellanos de Moriscos, pero, sin embargo, no tendrá tanta suerte el colegio de Aldeatejada, donde ahora mismo los niños reciben sus clases en barracones de obra, habiéndose presupuestado para dicho colegio apenas 160.000 euros para 2022, con más de 3 millones que quedarían pendientes para llevarlo a cabo, y que hacen pensar que la cosa va para largo, pues a ese ritmo de inversión se tardarán 20 años en construirlo.
Por su parte, en el área de Fomento, el proyecto de dotar de mayor capacidad a la carretera de Salamanca a Alba de Tormes mediante un tercer carril reversible, se queda de momento prácticamente parado, pese a ser la carretera que más siniestralidad posee de la red autonómica en Salamanca. Y es que, tras haber incumplido la Junta lo aprobado en los Presupuestos de 2018 para esta vía, sigue dando una patada para adelante para ganar tiempo, y apenas se dota al proyecto de 65.000 euros, lo cual, a todas luces, sólo dará para redactar un proyecto y dando gracias, el cual dicho sea de paso, ya acumula varios años de retraso ante la dejadez del gobierno autonómico en este asunto.
En cuanto al noroeste salmantino, son pocas las partidas contempladas en los Presupuestos de la Junta, de modo que las inversiones consignadas apenas permitirán avanzar en la concentración parcelaria de Hinojosa y de Masueco (para dejar prácticamente finalizadas ambas), además de culminar la mejora de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Vitigudino, de modo que ésta quede definitivamente adaptada a las exigencias de la Unión Europea para aglomeraciones urbanas de más de 2.000 habitantes.
No obstante, fuera de los mencionados proyectos de concentración parcelaria de Hinojosa y Masueco, y la mejora de la EDAR de Vitigudino, que ya se encontraban iniciados, no se encuentran más inversiones en los Presupuestos autonómicos para Las Arribes.
Y ello, a pesar del impulso económico que implica la inyección de los fondos europeos a las cuentas de la Junta, que parece haberse olvidado de que, como administración que maneja la mayor parte de competencias y fondos, tiene una especial responsabilidad para revertir la grave situación que atraviesa el noroeste salmantino. Pero una vez más, se nos da la espalda, sin proyectos nuevos de inversión autonómica, y quedando a merced de que desde la metrópoli vallisoletana tengan a bien concedernos algunas migajas al margen de lo recogido en Presupuestos para nuestra zona.