Qué falacia, predecir el futuro. Lo predicen calculando que todo va a seguir las mismas pautas que ahora, que avanzaremos en la misma dirección. Pero en la Historia ha habido infinidad de crisis e infinidad de cambios de dirección. Nunca se sabe lo que va a pasar. Claro que las masas indiferenciadas son cada vez más manipuladas, todo el mundo hace lo que planean las grandes corporaciones. Pero la vida sigue debajo, nunca se sabe.
En la edad antigua el mundo se urbanizaba cada vez más. Y de repente todo el mundo se fue al campo y se abandonaron las ciudades a lo largo de la Edad Media. En la Edad Media todo parecía propiedad de la religión, la religión se apoderaba de todo. Y de repente llegó un amplio paganismo, volvió la antigüedad con el Renacimiento. Los nobles lo dominaban todo. Y de repente los burgueses arrinconaron a los nobles.
En el siglo XVIII progresaba el racionalismo y parecía que la razón lo dominaría todo. Y de pronto la razón fue atacada por todas partes y vino el romanticismo. El cosmopolitismo parecía el futuro pero estallaron los nacionalismos. El absolutismo parecía imparable y las revoluciones destronaron a los reyes.
Antes de 1914 los imperios se concentraban cada vez más. Y de repente en la primera gran guerra varios imperios estallaron en pedazos. En los años treinta el futuro parecía el fascismo, los nazis hablaban del Reich de los mil años. Y sin embargo el fascismo fue derrotado. En los años sesenta hubo una liberación frenética, parecía el fin de todas las normas. Pero vino una reacción de moralistas y puritanos y beatos de culo inmaculado. La energía nuclear se acabó. Mucha gente busca vinilos otra vez. ¿Quién sabe cómo será el futuro? El futuro será lo que diga la Vida.
ANTONIO COSTA GÓMEZ, ESCRITOR