OPINIóN
Actualizado 13/10/2021
José Amador Martín

Pablo de la peña expone su obra fotográfica en el Café "La Platea" en la Plaza del Corrillo, su muestra "Instantes con historia", como él manifiesta, es una recopilación fotográfica de los distintos momentos de su trabajo, antología que va de su visión más clásica al más puro minimalismo en alguna de sus fotos, pasando por el tema urbano, la foto documento y el rural. En sus palabras esta exposición recoge los registros de su obra: el retrato, el color, el detalle de las cosas invisibles, pro sobe todo supone su sentimiento, su observación, su huella, esa huella de luz que representa la fotografía

Toda obra para el artista tiene un proceso de orden técnico, intelectual, vivencial, emocional, experimental?, que el espectador no ha vivido pero que el creador introduce en su obra. Para que una obra emocione, tiene que estar cargada de vida, de emoción, de experiencias. El creador introduce todo eso que el espectador no tiene por qué haberlo vivido, aunque al final toda obra concluya en él, que tendrá que apropiársela según le convenga, descubriéndola según su propia predisposición, conocimiento, o estado de ánimo.

En la idea del ojo fotográfico y en la idea del instante está la fotografía de Pablo de la Peña, pienso esto después de contemplar su exposición. El título, que envuelve su obra, expresa lo que acabo de decir "Instantes con historia".

Su referencia se encuentra ya en lo introspectivo, en lo sensorial, en lo emocional y en lo poético entendido como revelación. Como decía Antonio Gamoneda: "mis propias palabras están siendo revelación de lo sentido". Entonces la imagen solo existe como objeto fotográfico, cuando se hace función de lo sentido o de lo vivido, se humaniza el acto fotográfico, se hace único y exclusivo. Así es, el resultado fotográfico es una respuesta desde esa realidad interna, una especie de electrocardiograma ?o como dice José Isla 'caligrafías de las emociones' de ese momento vivido; una revelación interior. La fotografía entonces se convierte en "Instantes con historia"

Tener ojo fotográfico es la capacidad de prever la foto cuando es buena. Esto es, se trata de desarrollar la habilidad de prever una foto buena, pensar en ella e imaginarla antes de apuntar con el objetivo de nuestra cámara, en definitiva, tener un ojo fotográfico muy desarrollado significa transformar nuestra cámara en una extensión de nuestro cuerpo y cerebro, significa convertir nuestra cámara en una extensión de nosotros mismos, sólo así buena o mala la cámara no es el elemento primordial de la fotografía.

Si lo son: el tiempo, la luz y el instante fotográfico, aquel que Cartier Bresson llamó el "instante decisivo". La captación de la luz es lo esencial en lo fotográfico y no el mimetismo de la realidad, que ha dejado de tener su esencialidad. La fotografía es ante todo huella de luz (foto-grafía), lo que se graba es la luz, que se parezca o no a la realidad eso es una mera posibilidad. El tiempo o corte tendría el equivalente al 'tempo' de la música durante el cual se capta la luz de los objetos, se elimina su información y se da forma a la luz, creando una imagen que únicamente va a existir, a partir de ese momento, como objeto fotográfico.

Pablo de la Peña, esto lo sabe bien, por eso enhorabuena y agradecidos por esos instantes que aparecen perpetuados en tu cámara y como resultado en esta exposición que se puede ver durante este mes de octubre en el Café "La platea" en la Plaza del Corrillo

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