Checa, gulag, según los blanqueadores, no serían más que episodios de reflexión, en los que el pecador hacía constricción y entonaba un mea culpa "eterno". El comunismo lleva al ser humano la plena felicidad, de ahí que pueda verse como los comunistas jamás desean una hamburguesa, unos vaqueros o un coche occidental. Jamás una mujer comunista deseó unas medias capitalistas, cuando tenía pololos talla única, jamás deseo ponerse sombrero o gorro, un pañuelo gris, de tela tosca cubría su cabeza.
Jamás los países comunistas tuvieron un muro para impedir la salida de gente, los muros los construían para no verse desbordados por la ingente cantidad de personas que buscaban con ansia la apacible y hermosa felicidad comunista.
Todo individuo que odia el comunismo, desconoce sus logros, la capacidad de hacer que el ser humano sea feliz los 365 días del año. Acaso no entraban en éxtasis ?mis tíos- cuando tenían que ocultar un pollito recién nacido y que el vecino no lo supiera o les caía? no es cierto que no se necesita una vivienda en El Varadero, si con 10 metros cuadrados puedes vivir maravillosamente? no es cierto que los cubanos comían y bailaban de con las peroratas de 5 horas de Fidel, ¡puede caber mayor dicha!
El proyecto de ley del Gobierno pretende aparentar una cierta neutralidad sobre las víctimas de la Guerra Civil, pero es solo eso, una apariencia (cosa que parece y no es. RAE) porque el discurso que lo sustenta perdona al comunismo sus masacres durante la contienda del 1934 a 1936. Y cuanto más eleve el tono revanchista, más alta será la réplica que les recuerde, la persecución religiosa masiva, matanzas como la de Paracuellos la checa de las Cuarenta Fanegas y las checas en general "cárceles improvisadas por partidos y organizaciones sindicales de izquierdas, con carta blanca para detener, requisar y asesinar" "sacas", las evacuaciones sin juicio alguno destinadas a fusilamientos masivos la "quinta columna" se llevó por delante a quien tuviera buena posición económica, fuera religioso, o simpatizantes de derechas, miembros de algún partido contrario al Frente Popular, militares, aunque estuvieran en la reserva.
Ya sorprende que el Gobierno de una democracia europea tenga a una comunista de vicepresidenta y ministra, pero que además se dedique a la reivindicación de algo tan añejo y superado como Marx es algo que entra de lleno en el ridículo. Así se entiende el papel del Ejecutivo de Sánchez en el concierto europeo y occidental: nulo. Europa no olvida lo que fue el nazismo ni lo que fue el comunismo: dos ideologías totalitarias y genocidas.
En septiembre de 2019, el Parlamento Europeo condenó por igual los «asesinatos en masa, genocidios y deportaciones» cometidos por los regímenes nazi y estalinista, aliados estratégicos durante los dos primeros años de la II Guerra Mundial, que fueron decisivos para que Hitler arrasara Europa, con Stalin de vigilante en su retaguardia. No en vano, el 23 de agosto, fecha del acuerdo entre ambas dictaduras, fue declarado por la Euro cámara como el día de las víctimas del nazismo y del comunismo.