OPINIóN
Actualizado 13/09/2021
Jesús Garrote

Es una costumbre ver los telediarios mientras cenamos con nuestras hijas y también en las casas escuela. Es una forma de información para poder resonar ante lo que pasa.

Otra herramienta de escuela abierta al mundo es la lectura del periódico y su debate posterior.

Mi primera impresión es de superficialidad, politización y frivolidad.

El propio reparto de tiempos en el fútbol, moda y cotilleos. Los análisis políticos son extrapolados dependiendo del color político de la cadena en cuestión.

Son repetitivos hasta la saciedad, en una misma semana parecen discos rayados sin profundidad, ni aporte de soluciones.

Cada vez hay más forma y menos contenido. Yo personalmente me parece que hay una dictadura de lo políticamente correcto, más pensamiento único que nunca. Las redes permiten desinformar por saturación.

Las eléctricas son un monopolio que sigue aumentando beneficios, los bancos lo mismo y estamos con un gobierno de izquierdas. El covid ha vuelto a demostrar el negocio también con la salud humana.

En el comienzo de curso los que buscamos soluciones con los excluidos sociales : niños de protección maltratados en la escuela e inmigrantes sin papeles abandonados en la calle sin soluciones legales. Sinceramente nos sentimos islas incomprendidas que tapamos injusticias sociales para que las conciencias sigan tranquilas.

Tengo claro que quien no comparte vida mezclándose fuera de su clase social, no puede comprender los sentimientos de los que han vivido abusos y pobreza.

La escuela fomenta la idea de Freire en que la sociedad se divide en opresores y oprimidos.

Me doy cuenta que los propios educadores podemos acabar juzgando emociones. Parece que se seleccionan los talentos, se discriminan distintas formas de sentir y emocionarse y mucha gente se siente superior. No habrá nazis que tengan poder para matar o crear campos de concentración. Pero se topa uno con una especie de raza aria que se considera con muchos méritos.

Yo también me repito cada vez más. Repito las situaciones irresolubles para las que seguimos buscando soluciones. La casa de Chamberí, el aula alternativa y los puestos de trabajo para los que se emancipan con un trastorno del apego y con minusvalías o adicciones varias. Sigo siendo feliz con lo que hago pero no es mi felicidad lo que importa. ¿ De qué depende hoy la credibilidad de las personas?.

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