Aceite de cáñamo y aceite de CBD ¿Son el mismo producto? ¿Cuáles son sus diferencias? ¿Para qué se emplea uno y otro? Aprende más sobre los productos más demandados en la actualidad
Tanto el aceite de CBD, como el aceite de cáñamo han cobrado gran popularidad en los últimos tiempos, pues, cada uno cuenta con determinadas propiedades y aporta ciertos beneficios que pueden ser aprovechados para el bienestar de las personas.
Aunque ambos aceites provienen de la plata de cannabis, es importante tener presente que no son iguales. Por esta razón, os hablaremos acerca de las diferencias entre el aceite de CBD y el aceite de cáñamo.
El aceite de CBD es un producto que se elabora a partir de cannabidiol (CBD), un cannabinoide sin efectos psicoactivos que se encuentra presente en la planta de cannabis y que, por su gran cantidad de propiedades demostradas, es principalmente empleado de forma homeopática y terapéutica. De igual modo, se le han dado diversas aplicaciones tanto en la industria de la belleza, como en la industria alimentaria e incluso de la construcción.
Esta sustancia tiene un mecanismo de acción específico que permite que el organismo aproveche sus propiedades. Al respecto, el CBD actúa sobre los receptores cannabinoides CB1 y CB2 presentes en el cuerpo humano. Estos participan directamente en procesos orgánicos como el estado de ánimo, el sueño y el dolor.
El aceite de cáñamo proviene directamente de la semilla de cáñamo, no tiene propiedades psicoactivas y se caracteriza por poseer un gran valor nutricional, pues, es rico en vitaminas, minerales, proteínas y en ácidos grasos como el Omega 3 y el Omega 6.
Lo anterior permite que sea un producto que puede indicarse para tratar determinados problemas de salud y que muy apreciado tanto a nivel gastronómico como a nivel dermo-cosmético, ya que, así como es idóneo para incorporar en cualquier tipo de dieta y aprovechar su gran contenido de nutrientes, también aporta beneficios para cuidar la piel y tratar diferentes enfermedades dermatológicas.
El aceite de cáñamo puede enriquecerse con aceite de CBD, para esa manera conseguir un efecto séquito, es decir, lograr elevar el potencial y las propiedades de ambos aceites y, por ende, ofrecer mayores beneficios a los usuarios.
Tanto el aceite de CBD como el aceite de cáñamo provienen de la planta de cannabis, no obstante, mientras el primero es el resultado de un proceso de extracción que se lleva a cabo para obtener cannabidiol (CBD), el segundo se hace directamente de las semillas.
Por otro lado, tanto los beneficios que aportan, como el mecanismo de acción con el que cuenta cada uno es diferente, sin embargo, cuando estos se mezclan se consigue un aceite potente, cuyas propiedades están potenciadas.