El acordeonista, junto a la violinista Sonia y la percusión de Jose Luis inundaron de tradición la plaza de Portugal
El fuelle del charro llevó a el Pedroso de la Armuña la magia de su concierto de este verano. El acordeonista Raúl Díaz de Dios acompañado de la violinista Sonia y la percusión de Jose Luis llenaron la plaza de Portugal con creaciones musicales repletas de sones tradicionales y canciones que el público conocía y podía acompañar con las restricciones que la pandemia impone. Un ejemplo fue una jota, que el público pudo bailar sin levantarse de la silla o el acompañamiento vocal en canciones de toda la vida, con el filtro de la mascarilla. Aun asi, Raúl de Dios impregnó la localidad de positivismo con la grandeza de su destreza con el acordeón y la alegría que le caracteriza.