Josué Zúñiga es actor, director y escritor de teatro, formando a jóvenes en sus grupos de teatro


PROVINCIA
Actualizado 22/08/2021
Redacción

Este joven, natural de Peñaranda, lleva años formando y arropando a grupos de teatro creados por él, quienes un verano más se ven sin actividad debido a la pandemia

Es un mundo de luces, focos, aplausos?pero también de esfuerzo, coraje y ganas. Una combinación que parece ser un perfecto engranaje para quienes aman, casi desde la cuna, las tablas y la pasión por ofrecer al patio de butacas algo que trasciende de un mero texto, de un aprendizaje de memoria.
Así es el teatro y quienes cada día sudan las artes escénicas, más si cabe dentro del medio rural, donde abrirse camino también es un mérito más que reconocible por las ganas y la fortaleza vital de hacerlo realidad.
Uno de los ejemplos de todo esto lo encontramos en Josué Zúñiga, joven peñarandino, amante del teatro en todas sus variantes, quien desde hace años trabaja y disfruta a partes iguales junto a jóvenes de la localidad y la comarca, tratando de ofrecerles unas nociones básicas de esa pasión que le corre por las venas.
¿Cómo surgió tu pasión por el teatro y la escena?
J.Z: Casi de carambola. Recuerdo haber participado como figurante (qué término tan moderno para decir que salía leyendo el periódico en el escenario mientras la acción transcurría) en cuarto de primaria y haber recitado una poesía en sexto, en las funciones escolares de fin de curso. Pero fue cuando comencé la secundaria donde mi madre se unió al grupo de teatro del AMPA del colegio Miguel de Unamuno de Peñaranda, que buscaba una forma de recaudar fondos. Necesitaban un chaval con ganas, yo ya no tenía clases por las tardes, mi madre insistió, yo acepté? y no volví a bajarme de las tablas.
¿Cuántos años llevas viviendo el teatro? ¿Lo consideras más un hobby que una profesión?
J.Z: 21 años. Dos tercios de mi vida. Ya sea aprendiendo, representando, dirigiendo, escribiendo? Es más una afición, aunque en determinados momentos de mi vida ha ayudado a poner un plato en la mesa.
¿Recuerdas cómo fue tu última representación, bien actuada o dirigida?
J.Z: El último verano antes de la pandemia representamos con el grupo Sueños de Papel la obra de Lorca: 'La zapatera prodigiosa'. Y en navidades hicimos nuestra tradicional representación donde colaboran todos los grupos de todas las edades. Luego? llegó el coronavirus y con él, un gran paréntesis.
¿Has formado talleres y grupos de teatro? ¿Cómo ha sido o está siendo la experiencia?
J.Z: Sí. También surgió un tanto por casualidad: el AMPA del Miguel de Unamuno contactó con la asociación de teatro San Miguel, ya cuando se habían desligado del colegio, para proponer que hiciésemos un taller de teatro en las actividades extraescolares. Yo acepté? y hasta hoy. Los grupos que nacieron allí han seguido en la medida de lo que su situación de estudiantes que acaban marchándose de Peñaranda les permite, colaborando, actuando, preparando escenarios? incluso tras acabar el colegio.
La verdad es que supone una experiencia muy gratificante. Ver niños y niñas defender textos con maestría, descubrirles dramaturgos y obras de teatro clásicas, trabajar con ellos a través del juego para darles técnicas que utilizar encima del escenario? Es algo impresionante. Y verlos evolucionar a través de los años es una de las grandes satisfacciones que tengo. Y descubrir, años después, que les has metido el gusanillo, que echan de menos actuar si ya no pueden hacerlo, que aman el teatro tanto como tú? es el gran triunfo.
¿Cómo ves
el mundo de las artes escénicas en la actualidad?
J.Z: Necesita que miremos hacia él como sociedad. No sólo las artes escénicas, la cultura en general. Vivimos en un mundo donde prima la rentabilidad por encima de todo lo demás. Y la cultura no puede, no debe, ser rentable. Las artes escénicas tampoco. Necesitamos que se promueva desde el ámbito público, el que todas las personas, independientemente de su edad, ingresos? pueda acceder libremente a ellas. Que ver una obra de teatro no se convierta en un acto elitista o reservado a unos pocos. Que la gente joven pueda acercarse al teatro sin verlo como algo para personas mayores. Cada vez más Ayuntamientos, incluido el de Peñaranda, dan pasos en esa dirección, y creo que es el más acertado.
¿El parón de la pandemia te ha servido para darle forma a nuevas ideas?
J.Z: El parón de la pandemia fue demoledor. Desde ese día de marzo que la vida de todos cambió de un momento a otro, he aprendido sobre todo a vivir al día. Apenas nos adaptábamos a algo, enseguida cambiaba la situación. A nivel individual sí. Hay ideas, cosas que se pueden trabajar, creo que es algo tan gordo que a todos nos va a influir en el desarrollo creativo durante mucho tiempo. Cuando tienes tiempo para pensar, para leer, para ver? la mente acaba trabajando por delante de ti y dando forma a ideas anteriores con una nueva perspectiva, dejando paso a nuevas ideas o incluso intentando idear nuevas formas de trabajar en diferentes circunstancias.
¿Cómo definirías tu experiencia dentro del teatro y el medio rural?
J.Z: Creo que toda mi experiencia teatral ha estado atada al medio rural. Vivir en un lugar como Madrid, una ciudad grande, donde hay multitud de salas y de ofertas para elegir es muy diferente a hacerlo en un sitio donde la experiencia queda limitada a las obras escogidas durante la programación anual y los espectáculos al aire libre típicos de las fiestas veraniegas. Afortunadamente tenemos Salamanca a tiro de piedra, pero para según qué colectivos el desplazamiento no siempre es posible.
Así, mi experiencia dentro del teatro ha estado ligada al hecho de que en un lugar donde las artes escénicas llegan de la mano de las entidades públicas, donde te sientas en tu butaca para ver qué es lo que la compañía elegida ofrece y descubres textos y montajes maravillosos. Y, sobre todo, a la comunidad del pueblo. El hecho de que es en Peñaranda donde han nacido varias veces asociaciones de teatro aficionado, que recogen esa tarea de ofrecer teatro y lo impulsan con talento y buena voluntad, hace que aprendas a hacer del teatro algo tuyo más allá de ser un mero espectador.
¿Tienes en mente nuevos objetivos en un corto o medio plazo, nuevas representaciones, iniciativas, grupos, talleres??
J.Z: Una de las cosas que he aprendido con la pandemia es a tomarme las cosas con más filosofía. Objetivos y representaciones tengo varias en mente. Las ideas siempre bullen, aunque luego cueste concretarlas según lo que quieres hacer. Una vez acabe el verano y retomemos un poco esta nueva normalidad que nos ha tocado vivir, será el momento de ponerse en contacto con los grupos que quieran seguir haciendo teatro y de intentar retomar viejos proyectos que quedaron aparcados con tanto vaivén...No soy ambicioso tampoco, me conformo con seguir pudiendo subir al escenario de vez en cuando, bien acompañado, de poder dirigir y planificar nuevas escenas y trabajar con los textos que me apasionan. Seguir respirando teatro por muchos años más.

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