OPINIóN
Actualizado 20/08/2021
Redacción

En verano hace calor, es una verdad absoluta. Pero con esto del calentamiento global, las temperaturas en los estíos se pasan de cilindrada. A veces se nos olvida que es, precisamente esta estación, la que más nos hace sudar, la que más nos hace sufrir, porque contra ella poco podemos hacer. A pesar de ser algo sabido, cada año nos sorprende el termómetro. Pero claro? llegar a unas cifras tan astronómicas no estaba previsto. ¡Menos mal que nos vamos de vacaciones!

Guardo todo en el maletero, y ya sólo faltan los neceseres de cada cual, después de que se han metido en cada uno: los desodorantes, los cepillos dentales eléctricos con sus recambios correspondientes, una loción limpiadora, una exfoliante natural, una crema nutritiva, un concentrado intensivo anticelulitis, una reafirmante, una emulsión con efecto calmante de rápida absorción, unas ampollas de ácido hialurónico para rellenar arrugas, una evitadora del estrés oxidativo, (todo eso para tratamiento facial), y otras tantas, de similares características, para el resto del cuerpo. Aparte de las dedicadas al cuidado del cabello y la loción desenredadora, que no se me puede pasar, añadí unos alicates de uñas, un taco pulidor, un set de manicura francesa, esmalte de cada color para hacer juego con cada bañador, y una pulsera antimosquitos.

También he metido un manual que me han dado en la perfumería con instrucciones detalladas para utilizar todas esas cremas. Al parecer, lo más importante es dar un intenso masaje al aplicar cada una hasta que penetren muy bien, y se absorban hasta en las capas más profundas de la epidermis ¡que debemos tener un montón! He decidido que mi piel este verano tiene que mostrarse tersa, nutrida, vitaminada, como acariciada por el sol?

¡Se me olvidaba! ¡Y por supuesto van las colonias de cada uno! Además, llevo un frasco de un perfume que embriaga con su nueva fragancia y te transporta (no sé si embriagada o no) a la Polinesia francesa (menos mal que con el francés me defiendo, porque si llega a transportarme a otra zona, ¡no tengo idea ni de samoano, ni de tahitiano, ni de maorí, y no iba a entender a nadie!).

Y, para no complicarnos con el problema de espacio, he pensado que los bronceadores y las cremas para después del sol, casi mejor, los compramos allí cuando lleguemos.

Una vez colocado todo, que, por suerte, cabe de pura chiripa, empiezo a pensar en lo bien que lo vamos a pasar y en lo que cunden los días cuando se está de vacaciones? ¡¡Qué gusto!! ¡¡Qué descanso!! ¡¡Qué bien!!

Mientras cierro el maletero? veoooo?, empezando a ponermeeeee? muy? pero que muyyyy? sofocadaaaa?, a mi familiaaaaa? salir de casaaaaaa?

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Cada uno con una tabla de suuuuurrrrrffffffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!

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