La opción de conseguir el bronce era la última oportunidad de medalla para los nacionales
La selección española masculina de waterpolo cayó (9-5) este domingo en la lucha por el bronce contra Hungría en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, una despedida complicada en la que se fueron sin marcar ni un gol en la segunda parte. Los de David Martín no aprovecharon la última opción de medalla para la delegación española en la capital japonesa (17). El cierre fue con sabor amargo para una selección que buscaba un metal olímpico 25 años después, tras una despedida sin ritmo ni pegada. El waterpolo tenía la misión de la medalla 18 para España en los Juegos pero Hungría, con su portero Viktor Nagy en un 62% de porcentaje de paradas, fue mejor. El cuadro magiar, que también se interpuso en el camino del último torneo continental, superó a una España sin la chispa de un camino en Tokio casi impoluto.
Después de rozar la final, en un partidazo de semifinales contra Serbia, a España le fallaron las fuerzas. Alberto Munarriz golpeó en la primera, pero no fue esa la eficacia del combinado nacional. Los húngaros aprovecharon al máximo las expulsiones y a España le costó mucho más anotar. Felipe Perrone y Roger Tahull mantuvieron la igualdad en el primer acto (3-3). A los de Martín se le empezó a atragantar el gol en el segundo cuarto, o bien los palos o porque Nagy empezaba con su espectáculo, no solo de paradas. Miguel de Toro, listo en línea de gol, y Munarriz dejaron el 5-5 que, para las sensaciones encontradas de los españoles, era síntoma de que el rival tampoco iba mucho mejor.
Sin embargo, España ya no marcó más en los 16 minutos siguientes. De nuevo el larguero y expulsiones desaprovechadas fueron minando la moral de los de Martín, mientras crecía Nagy bajo palos. El VAR del waterpolo se aliaba con los españoles en un tercer cuarto de 1-0 para los magiares, pero la reacción de España no llegó. Dani Pinedo, a sus 41 años y en su despedida olímpica, dio aire con una parada a Zalanki que siguió la eliminación del húngaro. Los de Martín sobrevivían mientras Hungría preparaba el zarpazo final, con un rival a la desesperada sabedor de que no tenía el día. Nagy y las contras húngaras terminaron con una España vaciada.