El nuevo documento es igual para todos los países miembros de la Unión Europea
Aunque las diferencias entre el DNIe 3.0 y el nuevo DNIe 4.0 puedan parecer pocas a simple vista, la verdad es que el nuevo documento es mucho más sofisticado.
El formato del nuevo documento no cambia, puesto que mide exactamente lo mismo que el anterior: 85,60 × 53,98mm. Sin embargo, incluye diferencias tanto en el anverso como en el reverso. Se añade una bandera europea con el código ES (correspondiente a España). Además, la leyenda aparece en español e inglés. La fotografía es más grande que en el anterior.
Una de las partes más importantes del nuevo DNI es el chip de interfaz dual, que aumenta su capacidad para poder almacenar en su interior copias digitales de la foto, la firma y las huellas dactilares de su portador, además de los certificados de Autenticación y Firma electrónica.
En cuanto a sistemas de seguridad, también han aumentado al incrementarse el número de datos sensibles, tanto físicos como digitales. El nuevo documento repite algunos sistemas ya vistos como un parche holográfico cubriendo parte de la fotografía. Tinta ópticamente variable, una ventana transparente con grabado láser, tintas ultravioletas y microtextos, entre otros sistemas antifalsificación.
El DNI en el móvil, cada vez más cerca
Una de las ventajas del nuevo documento es la posibilidad de portar toda la información del mismo un un dispositivo móvil, como un teléfono o una tablet. El Gobierno de España empleará 6 millones en 2021 para la aplicación del comercio y administración electrónica a través de aplicaciones para móviles. Actualmente gran parte de los móviles disponen de lectores de datos biométricos como lector de huellas y de chips NFC, lo que permite una gran seguridad a la hora de realizar transacciones o trámites legales a través del móvil.
En los próximos meses se irán incorporando más y más de estos trámites hasta llegar al objetivo del Gobierno que es poder salir de casa sin el DNI físico, algo que será posible a medio plazo. Todo ello siguiendo con las intenciones de la Unión Europea, que son mucho más ambiciosas, queriendo facilitar la burocracia a través de aplicaciones informáticas que reduzcan las esperas a la hora de realizar trámites.