Colabora en el reparto de víveres y productos de primera necesidad para familias "que viven con lo que trabajan cada día, y no han podido tener alimentos"
Desde hace cinco años y medio, la salmantina Patricia Llamas vive en Perú, junto a su comunidad de Servidoras del Evangelio de la Misericordia de Dios. Ella vive en el distrito de San Juan de Lurigancho, a las afueras de Lima, "grande, poblado y humilde".
En cuanto a este tiempo de pandemia afirma que "está siendo un momento duro y muy difícil, porque Perú está siendo un país donde el Covid se ha propagado muchísimo, hay muchos fallecidos, y de todas las familias que conocemos hay algún ser querido que ha fallecido, e incluso familias".
Llamas habla de otra delicada situación de las personas que no pueden ir a trabajar, "que viven con lo que trabajan cada día, y no han podido tener alimentos". Pero esta misionera asegura que gracias a Dios, "que siempre se hace presente, y con su providencia está en medio de todo, a través de la generosidad de donaciones a la parroquia hemos podido repartir víveres, productos de higiene y de primera necesidad a muchas familias".
Pueblo trabajador y solidario
Patricia asegura que el pueblo peruano es muy trabajador y solidario, "y muy creativo". A modo de ejemplo habla de las denominadas "ollas comunes", donde las mujeres se van rotando y hacen la comida por grupos para todo el barrio, "reciben donaciones o ponen en común los productos que tienen y hacen platos para todos".
En cuanto a su labor, además del reparto de víveres, "ha consistido en acompañar a los jóvenes y a muchas familias en su proceso de duelo". Ella piensa que se han unido todos "en este tiempo tan duro que estamos viviendo en la oración, y en el trabajo, para que entre todos se pueda aportar lo mejor del pueblo donde se encuentra".
Fuente y fotos: Diócesis de Salamanca