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Falsear la verdad no es libertad. Difundir bulos, alimentar mentiras, no es libertad. Dirigir un programa asentado en el partidismo descarado, y negar que te critiquen, no es libertad.
A algunos periodistas, a algunas periodistas, les vendría bien revisar algunos conceptos. Claro que, que escritoras en negro, autoproclamadas representantes de la libertad, es síntoma de que algo falla en la prensa, en los telespectadores y en el concepto de la palabra Libertad.