OPINIóN
Actualizado 07/05/2021
Montse Vicente

"Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, si muchas mujeres entran a la política, cambia la política". Michelle Bachelet.

Y van ellas tres y ganan. Y van ellos tres y pierden. Y los tres dejan una crisis en sus correspondientes partidos, que veremos a ver en qué acaban.

Entre estas dos fotos distan solo dos años, pero no hay color entre ellas, y no solo porque la segunda podría ser en blanco y negro y no notaríamos la diferencia, sino porque aquel día, en 2019, viendo los perfiles de todos y cada uno de ellos, parecía imposible que, al menos en un plazo breve, dejaran paso a alguna fémina. Y no porque no tuvieran al lado mujeres importantes y válidas, como por ejemplo, Inés Arrimadas, que a los pocos días de esta foto ya pasó a la primera línea, sino porque se les veía a todos tan alfa, tan seguros de sí mismos y de que sin ellos todo se iría al garete, que no se les veía intención de dejar hueco. Y ser cabeza de lista es lo que tiene, que no puede haber 2, así que "o te quitas tú o no hay hueco pá mí".

Pero por lo que sea, estas elecciones, que en principio no iban a tener la menor trascendencia porque las elecciones autonómicas rara vez la tienen salvo los casos de sobra conocidos, sitúan a una mujer, Isabel Ayuso, al frente de la política nacional de facto; nos presentan a una desconocida para el resto del país, Mónica García, que viene para quedarse y que sin duda va a dar mucho que hablar, y, al obligar a Pablo Iglesias a retirarse, ponen al frente del Gobierno, al ladito de Pedro Sánchez a otra mujer, Yolanda Díaz, y ponen al frente de Podemos a Ione Belarra. Esto último aún sin confirmar, pero que se confirmará, seguro, en el Vistalegre 4.

Y yo creo que no es casualidad que hayan ganado las mujeres y que los tres hombres se hayan encontrado en un tremendo aprieto. Yo creo que por fin las mujeres han entrado en la política y que la política está cambiando.

Y será para bien. Sin el punto de vista de las mujeres, la política, como todo lo demás, estaba coja.

Pero no se asusten los señoros, la política no se convertirá en terreno exclusivamente femenino, nuestra ley electoral no lo permite. Y aunque lo permitiera: si nos quejamos de que la política estaba coja de un pie, no vamos a permitir que de aquí a unos años cojee del otro. No tendría sentido.

Creo sinceramente que este resultado es muy malo para Madrid, que se va a convertir en la ciudad de "sálvese quien pueda": quien tenga dinero, tendrá todas las posibilidades y quien no tenga dinero, tendrá que conformarse con la beneficencia.

Pero este resultado no es malo para la política: Ayuso, junto con Kamala Harris y otras muchas, aunque no gestionen como a mí me gustaría, están cambiando la política en la buena dirección: en una dirección más igualitaria y, por lo tanto, más justa.

De aquí a que los cuidados, tanto de las personas como del planeta, pasen a un primer plano, ya queda menos.

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