Ayer fue el Día del Libro, tiempo y momento en el que escribía estas líneas. Según la Biblioteca Nacional de España, la primera vez que se celebró el Día del Libro fue el 7 de octubre de 1926 a propuesta del editor, escritor y periodista español Vicente Clavel Andrés. Y, ¿por qué ese día? Porque se creía que ese era el día en que nació Cervantes. Ante las dudas y por decisión del Gobierno, en 1930 se cambió al 23 de abril, porque sí había certeza de que ese día fue enterrado Miguel de Cervantes que había muerto el día 22 y que, casualidades de la vida, también murieron ese mismo día 23 de abril de 1616, el escritor inglés William Shakespeare, así como el peruano, que no el español, Inca Garcilaso de la Vega. A lo que se sumaba en dicha fecha la fiesta de San Jordi en Cataluña y otros territorios, con el libro y la rosa, por lo que la Cámara del Libro de Barcelona, importante institución en temas literarios, también vio con buenos ojos el cambio de fecha.
Tomando en consideración lo anterior y el que, además, coincidiera en la misma fecha del día 23 el nacimiento de otros autores reconocidos, dedicados al arte de contar, como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo, en 1995 la UNESCO proclamó el 23 de abril como el Día Mundial de Libro y del Derecho de Autor, con el objetivo de promover el disfrute de los libros y de su lectura, fomentando así la creatividad, la diversidad y la igualdad de acceso al conocimiento. Además de promover la alfabetización, el libre acceso a los contenidos científicos y los recursos educativos disponibles.
La celebración del Día del Libro congrega a millones de personas de todo el mundo de más de un centenar de países y en ella participan autores, editores, bibliotecarios y docentes, medios de comunicación, administraciones y empresas, profesionales, organizaciones civiles y, sobretodo, lectores.
Este año, al igual que el año pasado, atípicos, por la pandemia de la Covid-19 que nos invade, centenares de actos públicos con lectura de El Quijote, o recitales poéticos, como en el que yo mismo tenía que haber actuado, han sido suspendidos y hemos de recluirnos en nuestros propios libros: físicos, electrónicos o mentales, acumulados en nuestras casas o nuestras memorias.
Los libros son el laberinto y a la vez la luz del tiempo. En ellos hay de todo, mejor dicho: está todo, incluso hasta la imaginación pululando por la mente del lector enfrascado en su lectura. Está el placer de la lectura sosegada y su valerosa aportación para la formación personal, el desarrollo intelectual, cultural, profesional, el entretenimiento, el alimento del alma y espíritus.
En 1976 se instituyó el Premio de Literatura en Lengua Castellana «Miguel de Cervantes», conocido también como Premio Cervantes. Considerado el galardón literario más importante en lengua castellana y el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores en nuestra lengua, cuya obra haya contribuido a enriquecer, de forma significativa, el patrimonio literario común en lengua española.
El Premio, concedido anualmente por el Ministerio de Cultura a propuesta de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que reúne a las 24 Academias existentes en España, América, África y Filipinas. Se entrega el 23 de abril de mano del Rey, en el Paraninfo (Casa de la Sabiduría) de la Universidad de Alcalá de Henares, en un acto muy solemne, al cual he tenido el privilegio de haber asistido y saborear en alguna ocasión.
Este Día del Libro del 2021, es un momento propicio para, desde el valor de la cultura, homenajear a todos los autores, artistas, profesionales y sus familias que dependen de la cultura y que tan mal lo están pasando por el azote de la pandemia, ellos que tanto trabajan y aportan para un mundo mejor. A ti, querido lector, gracias por ser parte fundamental del mundo de los libros. Y, para el libro, debemos tributarle un merecido homenaje.
Escuchemos una de las melodías dedicadas a la obra cumbre de la literatura: Don quijote de la Mancha. El cantor de la calle Arjona. "El Sueño imposible" El hombre de la Mancha