Un recorrido que, en esta jornada de protagonismo de los libros, arranca en una biblioteca, a la que da nombre un escritor, y finaliza en el río Tormes, junto al personaje literario más conocido
Salamanca es sinónimo de cultura, y en este Día del Libro recorremos la ciudad para descubrir las huellas de algunos de los grandes escritores. Y lo hacemos a través de las esculturas con las que la ciudad les rinde homenaje, ciudad que pasearon y en la que vivieron todos ellos.
En este Día del Libro no podíamos sino iniciar este singular recorrido en una biblioteca, en concreto en la Biblioteca Municipal Torrente Ballester, donde se levanta una estatua en homenaje al escritor Gonzalo Torrente Ballester. Nacido en A Coruña en 1910, falleció en Salamanca el 27 de enero de 1999, ciudad a la que llegó en 1972 y donde ejerció como profesor en el Instituto Torres Villarroel. A la entrada de la Biblioteca, una escultura en bronce del escritor, con un libro en la mano izquierda y un bastón en la mano derecha. Torrente Ballester también tiene su calle. En este caso, lleva su nombre el paseo que une la ciudad con el polígono de Los Villares.
Y hay otro rincón desde el que Torrente Ballester sigue siendo testigo del día a día de la ciudad. En la Plaza Mayor, en el centenario café Novelty, donde desde el año 2000 la escultura del literato tiene reservado un sitio privilegiado. Una escultura realizada por el escultor Fernando Mayoral y ubicada en una de las mesas del café del que Torrente era asiduo visitante.
Junto a otra biblioteca, más pequeña, está la escultura dedicada a José María Gabriel y Galán, poeta salmantino nacido en Frades de la Sierra. Su estatua se colocó en 1925 en la plaza que lleva su nombre.
En la plaza de Los Bandos encontramos la escultura dedicada a la escritora salmantina Carmen Martín Gaite. Autora de importantes obras como 'Entre visillos', 'Retahilas' o 'El cuarto de atrás', fue una de las figuras más importantes de las letras hispánicas del siglo XX.
En la Rúa se encuentra la estatua dedicada a Francisco Salinas, compositor ciego y maestro organista, obra de Hipólito Pérez Calvo y realizada en 1993.
Junto a los restos de la muralla, en la calle San Pablo, nos topamos con la escultura de José Ledesma, con su característica capa charra y gorra marinera.
Luis de Góngora, junto a la iglesia de San pablo, y Miguel de Unamuno, escritor, filósofo y rector de la Universidad de Salamanca, en la calle Bordadores, frente al Convento de Santa Úrsula y frente a la casa en la que vivió. También Fray Luis de León, poeta, humanista, profesor y fraile agustino, tiene su lugar privilegiado, enfrente a la Fachada Rica de la Universidad de Salamanca. Aquí se instaló su estatua en 1868.
Y obra de Agustín Casillas es la estatua dedicada a Torres Villarroel, el escritor, dramaturgo, matemático y profesor.
En la Plaza del Corrillo, donde era habitual encontrarle, se encuentra la escultura dedicada al poeta Remigio González Martín 'Adares'. Una escultura que recrea al poeta salmantino, que firmó más de treinta poemarios en solitario, caminando en recuerdo a su habitual recorrido por la calle San Justo hacia la Plaza del Corrillo, donde permanecía durante horas acompañado de sus poesías, al abrigo de la iglesia de San Martín. En la pieza mantiene su característica barba, gorra visera a la cabeza, bufanda, el zurrón en el que guardaba sus poemas, y moviéndose con su particular trotecillo.
Un recorrido que finalizamos junto a uno de los personajes más famosos de la literatura universal, Lázaro de Tormes, cuya estatua se encuentra a orillas del Tormes. Una obra realizada por Agustín Casillas, en 1974.