¿No va a haber Semana Santa?
Alguien ha dicho que este año no va a haber Semana Santa. Quizá fue más próximo a la realidad el año pasado, en que estábamos totalmente confinados. Aunque depende de lo que entendamos por Semana Santa. Los que entienden la Semana Santa como unos días de vacaciones para pasarlos en la playa, en la montaña, o viajando por España o por el mundo, aunque con menos libertad por estar cerradas las comunidades autónomas, siguen teniendo lo que ellos consideran la Semana Santa.
Hay un segundo grupo para los que la Semana Santa se reduce al seguimiento o la contemplación de los admirables pasos que en estos días procesionan nuestras ciudades o nuestros pueblos. Para éstos sí que se hace difícil vivir este año su Semana Santa.
Hay otros que siguen las procesiones o participan en ellas, pero que también se hacen presentes, muchas veces con profundidad religiosa muy consciente, en las celebraciones litúrgicas oficiales. Éste sería el ideal de este año y de todos loa años. Hay que vivir los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Éstos son los que de verdad viven la Semana Santa, aunque sean pocos, e incluso cada año se vean más reducidos en número. No sólo por razón de la pandemia, sino por el olvido creciente de la fe en los hechos del evangelio, y por la visión secular de la concepción de la vida y la ausencia de Dios y de Cristo en la vivencia y las prácticas de nuestra vida.
La celebración de los misterios pascuales está un tanto disminuida por razón de las dificultades para reunirnos y encontrarnos con los celebrantes de esos misterios en el interior de nuestras iglesias.
Aunque también nuestras vivencias de fe se pueden ver reforzadas con las muchas y buenas celebraciones que se dan en estos días en los medios audiovisuales. Tanto con las celebraciones mismas, como con la cantidad de conferencias o comunicaciones de todo tipo en que se explica el sentido y el valor de la Semana Santa.
Para éstos, que se quedan meramente en el acompañamiento de las procesiones, sí se podría decir quizá que este año no hay Semana Santa. Pero para los que se centran, o no dejan de asistir y participar en las ceremonias litúrgicas, aunque alguien pudiera decir que este año no hay Semana Santa, habría que decir que sí, que para ellos sí hay semana Santa, porque en la realidad para ellos "la procesión va por dentro".
El que quiera vivir de verdad la Semana Santa tiene lugares donde asistir a celebrarla. Todo depende de lo que cada uno se proponga, o de la idea que tenga de la celebración semanasantera.
El Domingo de Ramos se ha podido celebrar, aunque fuera sin la bendición de los laureles o de los ramos tradicionales.
El Jueves Santo se puede, y se debe, asistir a la eucaristía, que en tal día como éste fue puesta en marcha por Jesucristo en la Última Cena con sus discípulos. Y hasta se puede asistir en muchos lugares a la celebración de alguna hora santa. E incluso, en la ciudad, se puede hacer el recorrido de las estaciones visitando en las diversas iglesias los hermosos e interesantes monumentos o altares de reserva de la Santa Eucaristía.
Y el Viernes Santo se puede asistir a la celebración de los Santos Oficios de la muerte de Cristo, incluyendo la exaltación y adoración de la Santa Cruz. E incluso se puede participar en los diferentes Via Crucis que tienen lugar en este día.
Por fin, podemos culminar la Semana con la solemne Vigilia Pascual en la tarde-noche del Sábado Santo. Y aún queda la celebración del encuentro del Resucitado con su Madre en la mañana de la Resurrección.
Así que ¡ánimo! No desalentarse que, aunque no se puedan realizar las procesiones, para todo el que lo desee, siempre queda la seguridad de que "la procesión va por dentro".