Un padre encuentra en su hijo su reflejo,
o su eco,
o el misterio de su nombre duplicado y renovado.
Encuentra en su creación de carne y espíritu
el tiempo caminando a su presente
y su espacio de ser en esta tierra.
Un padre aprende a ser un hijo y aprende de su hijo a ser un padre,
un ser humano, sin una cátedra en el aula de Fray Luis de León.
Así como sucede con la madre y la hija,
y el padre y la hija y la madre y el hijo y las criaturas todas
nacidas de las rosas.
La sangre de los padres resuena silenciosa en los cuerpos de los hijos,
renace en el ánimo de las criaturas cuando abren los ojos y descubren la verdad.
Ciudad de México, en el año 2016, fotografía de Esperanza Rechy Rivera
Un día después del día del padre, en el año 2021
Xalapa, Veracruz, México
Juan Angel Torres Rechy