Con los "ismos" hay que tener mucho cuidado, a veces se pasan de rosca. Por poner un ejemplo, el "fovismo" es un movimiento pictórico exacerbado que emplea en la pintura colores rabiosos. Pero mientras se quede en la pintura y no traspase los límites de la belleza y pase a la fealdad, pues bienvenido para los que le guste. Lo mismo que el feminismo, mientras sea feminismo y no otra cosa. Además que cada uno piense lo que quiera. Allá él o ella.
Pero con las cosas de la vida en general, y de la vida del hombre en particular, hay que tener mucho cuidado. La ecología, el estudio y cuidado sensato de toda la naturaleza es una cosa estupenda, pero el "ecologismo" lo vamos a entender por ese movimiento fundado en un pensamiento donde prima la defensa de todo lo que es naturaleza, incluso contra el mismo hombre, y con frecuencia contra la misma naturaleza, pretendiendo controlarla y dominarla. La naturaleza toda tiene sus leyes que ha cumplido y cumple desde el principio, porque sin duda está regida por un orden superior, que incluso escapa a la inteligencia humana, y el descubrirlo o descubrir sus leyes no es otra cosa que lo que hace la filosofía y la ciencia, que avanzan lentamente. Por eso a veces nos sorprende una pandemia cuando no controlamos la naturaleza. Y por eso es sensato que los animales, aunque sean muy "inteligentes", sigan siendo animales por más que se diga que "hay perros más inteligentes que sus amos". Y si hay animales feroces que atacan al hombre, o le quitas la ferocidad, cosa difícil, o te defiendes de ellos, como ellos mismos se defienden de otros que los atacan. Aquello del Arca de Noé no es más que una alegoría para enseñarnos cómo debe convivir el hombre con los animales y con toda la naturaleza. Pero la realidad es que la humanidad antes y después del Arca de Noé se ha tenido que enfrentar a la naturaleza y sus fuerzas para sobrevivir y llegar hasta aquí. Y esos paraísos idílicos que nos cuentan algunos ecologistas son sin duda "paraísos perdidos". El hombre de hoy, el que quiere ser superhombre, pretende dominar la naturaleza, incluso cuando pregona que la defiende.