La evolución de una sociedad parte de la educación de sus miembros en unos valores y un respeto. En los últimos años, se ha abierto la puerta a la reivindicación de los derechos de la mujer que estaban tan olvidados y que pueden ayudarnos a progresar hacia una sociedad más justa, que es por lo que Cáritas siempre ha velado.
Pensemos en las grandes mujeres de nuestras familias. Ellas son y serán el ejemplo a seguir de muchas de nosotras. Ellas sí que han sido revolucionarias, porque comenzaron su reivindicación por nuestros derechos desde dentro, en su propia casa, en tiempos muy difíciles.
Nuestro homenaje hoy es con todas esas mujeres que a lo largo de la historia nos han demostrado que SÍ SE PUEDE. Mujeres intelectuales que decidieron que su camino era también la ciencia. Mujeres del campo que desempeñaban su labor desde que salía el sol hasta el ocaso. Mujeres investigadoras, mujeres voluntarias, mujeres sanitarias que han combatido con su vida en primera línea de batalla durante toda la pandemia. Mujeres que han sacado su casa adelante en una situación monoparental. Mujeres luchadoras, mujeres fuertes, mujeres que no tienen miedo ni reparo a mancharse las manos y luchar con su vida por lo que quieren conseguir.
En la Iglesia también tenemos figuras que han luchado por el cambio. Este es el ejemplo de la figura de Santa Teresa de Jesús, que apostó por la mujer en su condición de dignidad, para ser oída y no sólo oyente.
Desde Cáritas Diocesana de Salamanca queremos dar a conocer la labor que han hecho algunas mujeres a lo largo de estos difíciles meses de pandemia. Su misión ha sido la de contagiar solidaridad para combatir la soledad y los momentos de crisis, y han sabido encontrar las palabras justas para cada momento, buscando "el lado íntimo de las horas", como dice Mario Benedetti. Y es que nos ha tocado vivir unos tiempos en los que la palabra ha sido la única herramienta posible para el intercambio social, ya que con ella hemos tenido que sustituir el abrazo, el calor del contacto directo, la complicidad de una sonrisa, la ternura de un beso?
Una de esas mujeres es Rosa Rodríguez, que forma parte del equipo de Acogida y Atención Primaria de Cáritas, y ha explicado que las circunstancias de la pandemia las han obligado a utilizar "medios fríos" como el teléfono o el ordenador, "pero no hay nada que sustituya una sonrisa, una mirada, el lenguaje de las manos que se aprietan o se mueven nerviosas, un abrazo... En estos meses no nos ha quedado otro remedio que hablar a través del teléfono".
También queríamos destacar el papel de la mujer voluntaria, la solidaridad también tiene rostro de mujer. Queremos acabar citando al Papa Francisco en Evangeli Gaudium dice que: "El genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia cómo en las estructuras sociales". Sin duda, un gran paso muy destacable.
Somos muchas, somos fuertes, somos superación y fortaleza. Lo hemos demostrado en innumerables ocasiones, sigamos haciéndolo por mucho tiempo más.
Hoy es el día de apostar por la esperanza, hoy es el día de apostar por todas nosotras.
María Regadera Martín y Estela Martín Sierra