Ana Cecilia Blum y Elsy Santillán y Xavier Oquendo, en el Aula Magna de la Facultad de Filología (Salamanca. Foto de Jacqueline Alencar)
Dejo conocer unos textos de tres excelentes poetas ecuatorianos, a quienes conozco personalmente y leo con fruición. Estuve con ellos por esa mitad del mundo donde nacieron, y ellos también fueron participantes de alguno de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que anualmente celebramos en Salamanca desde hace 23 años. Y como nosotros sabemos alegrarnos por los logros de todos los poetas que forman parte de este anclaje salmantino, no podía dejar la ocasión de celebrar la traducción que les hizo Margaret Randall, junto a otros poetas ecuatorianos que ella seleccionó y presentó en su libro 'Contemporary Poets of Ecuador'.
Desde la pétrea, unamuniana y luisiana Salamanca, vaya mi saludo y enhorabuena para los tres (A. P. A.)
XAVIER OQUENDO (1972)
MI ABUELO Y MI ABUELA
Mi abuelo y mi abuela
tenían un caminar maduro.
Ella, pausada en el galope;
él, acelerado y discurrido.
Caminaban, mirando la última huella
que había dejado el animal de turno.
Ella seguía el paso del hombre
como una secuencia natural.
El río de mi abuelo
y de mi abuela
no se parece al Guadalquivir
ni al Guayas.
Es un río de piedra que desciende
sobre las sendas
que faltan por conocer
y adentrarse.
Mi abuela nada tiene que ver
con la abuela de Perencejo.
Perencejo no tiene esos senderos
ni ese paso seguro y lento.
El abuelo de Fulano
no conoce el camino que mi abuelo guarda
en el bolsillo:
sendero extraviado
entre la menta y el "king" sin filtro
que olían sus pantalones.
Mi abuelo se parece a los astros.
Mi abuela es un astro.
Mi abuelo se parece a mi abuela
y los dos a las estrellas.
Nada tienen del Guayas ni del Guadalquivir.
Ni de los viejos Fulano y Perencejo.
Los miramos
a través de las radiografías de sus huellas.
Miramos sus sendas como esfinges
que heredamos para practicar la fe.
Nada tienen que ver con mis zapatos torcidos.
Caminaron, los dos, el valle hasta la muerte.
Son un río que esconde a las aguas
debajo de las piedras.
Xavier Oquendo Troncoso leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca, durante el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos (foto de >Jacqueline Alencar)
MY GRANDFATHER AND GRANDMOTHER
My Grandfather and Grandmother
had a mature way of walking.
She hesitant in her purpose;
he in a hurry and flying.
they walked, observant of the footprint
left by the animal that preceded them.
She followed in the steps of her man
as if in natural sequence.
My grandfather's river
wasn't anything like
the Guadalquivir
or Guayas.
It is a river of stone that descends
over trails
yet to be discovered
and explored.
My grandmother wasn't like
So-and-So's grandmother.
So-and-So's grandmother doesn't possess those trails
nor that slow and sure step.
So-and-So's grandfather
doesn't know the pathway my grandfather keeps
in his pocket:
a pathway misplaced
between a mint and the King without filter
that gave his trousers their odor.
My grandfather looks like the stars.
My grandmother is a star.
My grandfather looks like my grandmother
and they both look like stars.
They have nothing to do with the Guayas or Guadalquivir.
Nor with any old So-and-So.
We glimpse them
in the x-rays of their footprints.
We look at their pathways like the sphynxes
we inherit to practice our faith.
They have nothing to do with my crooked shoes.
The two of them walked the valley to death.
They are a river that hides its waters
beneath the stones.
Julia Erazo retratada por Miguel Elías, para el Encuentro de Poetas Iberoamericanos de 2013
JULIA ERAZO (1972)
CICATRICES
¿Quién dijo que la herida estaba herida
ahora que la tierra se secó?
Carlos Otero
hay algo en ella que sonríe al subir los escalones de la casa algo que despierta la danza entre los guacamayos
algo en su mirada donde chocan las olas y saltan los peces
algo que se mueve delicado entre sus piernas
hay algo que hace salir a los sapos de entre la maleza
algo que ha dejado huellas allende sus sandalias
algo en el batir vaporoso de su falda
algo en el viento
que cruza por su cabellera
algo desfigura el paisaje
algo asusta de pronto a los sapos que se esconden
algo empuja a las aves a volar
algo desborda el brillo del océano en sus ojos
algo me inquieta
si voy detrás
algo en sus hombros
algo justo encima del cinto de su falda
algo que su blusa revela tenue en su espinazo
hay algo en esa mujer que no se justifica
SCARS
Who said that the wound
was wounded
now that the earth is dry?
Carlos Otero
something in her smiles as she climbs the steps to the house
something that causes her to dance among the guacamayos
something in her expression where waves break and fish jump
something trembling between her legs
there is something that lets frogs escape into the brush
something left by the soles of her sandals
something in the vaporous movement of her skirt
something in the wind
flowing through her hair
something disfigures the landscape
something suddenly frightens the sheltering frogs
something lifts the birds in flight
something overflows the ocean's brilliance in her eyes
something bothers me
when I follow her
something in her shoulders
something just above the waistband of her skirt
something her blouse reveals tenuous along her spine
there is something in that woman that's just not right
RESPUESTA ACUOSA
a Sandra Beraha
si las lágrimas no fueran parte del océano y las palabras no fueran los peces
y las esperas unas olas poco benevolentes y las penas el alimento que nos
desnuda el frío
y si tú no fueras el mástil y si los otros no nos alzáramos como las velas
si el planeta no fuera una brújula o un globo flotante en el vacío del universo
si la vida no fuera la ficción de otros pensamientos
si ya no durmiéramos sobre hojas transparentes y si despertáramos
al abrazo de nuevos líquidos y antiguas voces
si ya pasáramos la línea del verso y si no quisiéramos más que el simple
estado de la arena
mojados y secos
secas y mojadas
removidos y lanzadas
hundidos y montículas
WATERY RESPONSE
to Sandra Beraha
if tears didn't belong to the ocean and words weren't fish
if waiting wasn't tight-fisted waves and sorrow what keeps us from cold
and if you weren't the mast and the others didn't overwhelm us like sails
if the planet wasn't a compass or globe floating in the emptiness of space
if life wasn't the fiction of others' thoughts
if we no longer slept on transparent leaves and woke to the embrace
of new liquids and ancient voices
if we'd already gone beyond the poem's line and wanted nothing more
than the simplicity of sand
wet and dry
dry and wet
churned and launched
immersed and raised
Ana Cecilia Blum leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)
ANA CECILIA BLUM (1972)
POETICUS
Escribo, porque no puedo pelear batallas con mis manos
y el lápiz?a veces?apunta mejor que la escopeta.
Escribo, porque el verbo escribir suena a única certeza,
y es ruta sin distancias, y es cuerpo sin virus.
Escribo, porque la hoja en blanco es un gato feral
y debo recogerlo, alimentarlo, darle guarida, amarlo.
Escribo, porque los adjetivos acechan y cuando matan,
también dan vida; porque el lugar común no me asusta
y lo que se ha dicho mil veces, igual salpica su encanto.
Escribo, porque todo en mí es un desencuentro:
los terminales se mudan, las calles cambian de nombre,
y nunca atino estaciones, horarios o trabajos, retornos o partidas.
Escribo porque aunque duele, no duele tanto.
Escribo, para llenar los cántaros,
limpiar los espejos,
empuñar los espacios,
caminar los laberintos.
Escribo, para no morirme de pena.
Por eso escribo . . .
POETICA
I write because I cannot go into battle with my hands
and the pencil?at times?has better aim than the gun.
I write because the verb to write sounds like the only sure thing,
and it's a journey without distances, a body without a virus.
I write because the blank page is a feral cat
I must take in, feed, shelter and love.
I write because adjectives stalk me and when they kill
they also give life; because clichés do not frighten me
and what has been said a thousand times can also delight.
I write because everything in me is missed opportunity:
terminals switch places, streets change their names
and I never get the right station, schedule, job or comings and goings.
I write because although it hurts it doesn't hurt that much.
I write to fill the jar,
clean my glasses,
push spaces forward,
walk through labyrinths.
I write so I won't die of shame.
That's why I write ?
Margaret Randall, poeta y traductora norteamericana