OPINIóN
Actualizado 05/03/2021
Alfredo Pérez Alencart

Ana Cecilia Blum y Elsy Santillán y Xavier Oquendo, en el Aula Magna de la Facultad de Filología (Salamanca. Foto de Jacqueline Alencar)

Dejo conocer unos textos de tres excelentes poetas ecuatorianos, a quienes conozco personalmente y leo con fruición. Estuve con ellos por esa mitad del mundo donde nacieron, y ellos también fueron participantes de alguno de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que anualmente celebramos en Salamanca desde hace 23 años. Y como nosotros sabemos alegrarnos por los logros de todos los poetas que forman parte de este anclaje salmantino, no podía dejar la ocasión de celebrar la traducción que les hizo Margaret Randall, junto a otros poetas ecuatorianos que ella seleccionó y presentó en su libro 'Contemporary Poets of Ecuador'.

Desde la pétrea, unamuniana y luisiana Salamanca, vaya mi saludo y enhorabuena para los tres (A. P. A.)

XAVIER OQUENDO (1972)

MI ABUELO Y MI ABUELA

Mi abuelo y mi abuela

tenían un caminar maduro.

Ella, pausada en el galope;

él, acelerado y discurrido.

Caminaban, mirando la última huella

que había dejado el animal de turno.

Ella seguía el paso del hombre

como una secuencia natural.

El río de mi abuelo

y de mi abuela

no se parece al Guadalquivir

ni al Guayas.

Es un río de piedra que desciende

sobre las sendas

que faltan por conocer

y adentrarse.

Mi abuela nada tiene que ver

con la abuela de Perencejo.

Perencejo no tiene esos senderos

ni ese paso seguro y lento.

El abuelo de Fulano

no conoce el camino que mi abuelo guarda

en el bolsillo:

sendero extraviado

entre la menta y el "king" sin filtro

que olían sus pantalones.

Mi abuelo se parece a los astros.

Mi abuela es un astro.

Mi abuelo se parece a mi abuela

y los dos a las estrellas.

Nada tienen del Guayas ni del Guadalquivir.

Ni de los viejos Fulano y Perencejo.

Los miramos

a través de las radiografías de sus huellas.

Miramos sus sendas como esfinges

que heredamos para practicar la fe.

Nada tienen que ver con mis zapatos torcidos.

Caminaron, los dos, el valle hasta la muerte.

Son un río que esconde a las aguas

debajo de las piedras.

Xavier Oquendo Troncoso leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca, durante el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos (foto de >Jacqueline Alencar)

MY GRANDFATHER AND GRANDMOTHER

My Grandfather and Grandmother

had a mature way of walking.

She hesitant in her purpose;

he in a hurry and flying.

they walked, observant of the footprint

left by the animal that preceded them.

She followed in the steps of her man

as if in natural sequence.

My grandfather's river

wasn't anything like

the Guadalquivir

or Guayas.

It is a river of stone that descends

over trails

yet to be discovered

and explored.

My grandmother wasn't like

So-and-So's grandmother.

So-and-So's grandmother doesn't possess those trails

nor that slow and sure step.

So-and-So's grandfather

doesn't know the pathway my grandfather keeps

in his pocket:

a pathway misplaced

between a mint and the King without filter

that gave his trousers their odor.

My grandfather looks like the stars.

My grandmother is a star.

My grandfather looks like my grandmother

and they both look like stars.

They have nothing to do with the Guayas or Guadalquivir.

Nor with any old So-and-So.

We glimpse them

in the x-rays of their footprints.

We look at their pathways like the sphynxes

we inherit to practice our faith.

They have nothing to do with my crooked shoes.

The two of them walked the valley to death.

They are a river that hides its waters

beneath the stones.

Julia Erazo retratada por Miguel Elías, para el Encuentro de Poetas Iberoamericanos de 2013

JULIA ERAZO (1972)

CICATRICES

¿Quién dijo que la herida estaba herida

ahora que la tierra se secó?

Carlos Otero

hay algo en ella que sonríe al subir los escalones de la casa algo que despierta la danza entre los guacamayos

algo en su mirada donde chocan las olas y saltan los peces

algo que se mueve delicado entre sus piernas

hay algo que hace salir a los sapos de entre la maleza

algo que ha dejado huellas allende sus sandalias

algo en el batir vaporoso de su falda

algo en el viento

que cruza por su cabellera

algo desfigura el paisaje

algo asusta de pronto a los sapos que se esconden

algo empuja a las aves a volar

algo desborda el brillo del océano en sus ojos

algo me inquieta

si voy detrás

algo en sus hombros

algo justo encima del cinto de su falda

algo que su blusa revela tenue en su espinazo

hay algo en esa mujer que no se justifica

SCARS

Who said that the wound

was wounded

now that the earth is dry?

Carlos Otero

something in her smiles as she climbs the steps to the house

something that causes her to dance among the guacamayos

something in her expression where waves break and fish jump

something trembling between her legs

there is something that lets frogs escape into the brush

something left by the soles of her sandals

something in the vaporous movement of her skirt

something in the wind

flowing through her hair

something disfigures the landscape

something suddenly frightens the sheltering frogs

something lifts the birds in flight

something overflows the ocean's brilliance in her eyes

something bothers me

when I follow her

something in her shoulders

something just above the waistband of her skirt

something her blouse reveals tenuous along her spine

there is something in that woman that's just not right

RESPUESTA ACUOSA

a Sandra Beraha

si las lágrimas no fueran parte del océano y las palabras no fueran los peces

y las esperas unas olas poco benevolentes y las penas el alimento que nos

desnuda el frío

y si tú no fueras el mástil y si los otros no nos alzáramos como las velas

si el planeta no fuera una brújula o un globo flotante en el vacío del universo

si la vida no fuera la ficción de otros pensamientos

si ya no durmiéramos sobre hojas transparentes y si despertáramos

al abrazo de nuevos líquidos y antiguas voces

si ya pasáramos la línea del verso y si no quisiéramos más que el simple

estado de la arena

mojados y secos

secas y mojadas

removidos y lanzadas

hundidos y montículas

WATERY RESPONSE

to Sandra Beraha

if tears didn't belong to the ocean and words weren't fish

if waiting wasn't tight-fisted waves and sorrow what keeps us from cold

and if you weren't the mast and the others didn't overwhelm us like sails

if the planet wasn't a compass or globe floating in the emptiness of space

if life wasn't the fiction of others' thoughts

if we no longer slept on transparent leaves and woke to the embrace

of new liquids and ancient voices

if we'd already gone beyond the poem's line and wanted nothing more

than the simplicity of sand

wet and dry

dry and wet

churned and launched

immersed and raised

Ana Cecilia Blum leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)

ANA CECILIA BLUM (1972)

POETICUS

Escribo, porque no puedo pelear batallas con mis manos

y el lápiz?a veces?apunta mejor que la escopeta.

Escribo, porque el verbo escribir suena a única certeza,

y es ruta sin distancias, y es cuerpo sin virus.

Escribo, porque la hoja en blanco es un gato feral

y debo recogerlo, alimentarlo, darle guarida, amarlo.

Escribo, porque los adjetivos acechan y cuando matan,

también dan vida; porque el lugar común no me asusta

y lo que se ha dicho mil veces, igual salpica su encanto.

Escribo, porque todo en mí es un desencuentro:

los terminales se mudan, las calles cambian de nombre,

y nunca atino estaciones, horarios o trabajos, retornos o partidas.

Escribo porque aunque duele, no duele tanto.

Escribo, para llenar los cántaros,

limpiar los espejos,

empuñar los espacios,

caminar los laberintos.

Escribo, para no morirme de pena.

Por eso escribo . . .

POETICA

I write because I cannot go into battle with my hands

and the pencil?at times?has better aim than the gun.

I write because the verb to write sounds like the only sure thing,

and it's a journey without distances, a body without a virus.

I write because the blank page is a feral cat

I must take in, feed, shelter and love.

I write because adjectives stalk me and when they kill

they also give life; because clichés do not frighten me

and what has been said a thousand times can also delight.

I write because everything in me is missed opportunity:

terminals switch places, streets change their names

and I never get the right station, schedule, job or comings and goings.

I write because although it hurts it doesn't hurt that much.

I write to fill the jar,

clean my glasses,

push spaces forward,

walk through labyrinths.

I write so I won't die of shame.

That's why I write ?

Margaret Randall, poeta y traductora norteamericana

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