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Estoy desazonado. Se me ha venido a la mente la imagen de unas hienas comiendo carroña. Justo después, he visto a Sánchez y a Casado devorando un cadáver que estaba vivo. Se zampaban los restos de la jerarquía de una Justicia parcial y partidista, dependiente del poder político. Una Justicia vendida o alquilada. Un sistema judicial convertido en detritus, en materia sobrante, descompuesta, humillada.
Mañana, con toda la solemnidad del mundo, nos pedirán respeto a las decisiones judiciales. Con toda la solemnidad del mundo, me carcajearé por dentro. Si lo hago de forma ostentosa puedo terminar en la cárcel.
¿Justicia? ¡Arcadas!