Todavía no se atisba la electrificación del tramo entre Salamanca y Fuentes de Oñoro, y ¿quedan pocos meses para finalizar?
Tras varios años con los mismos Presupuestos Generales del Estado ya catamos unos nuevecitos. Acompañados de las consabidas controversias sobre el interés del Gobierno de turno por la tierra Charra, no son precisamente para dar saltos de alegría. La situación de la A-66 sin reforma integral, parcheada de urgencia estos días otra vez, abunda en ello. O el Acceso Norte desaparecido otra vez, cual Guadiana desde 1995, a pesar de suponer solo 3 millones de euros. Pero la rancia costumbre de echarse los trastos sobre el maltrato a la provincia según gobiernen unos u otros permanece. Al igual que su coincidencia en el mismo error: las infraestructuras no traen el progreso ellas solitas.
Único tramo del Acceso Norte construido. Para cuando se acabe todo seguramente habrá que modernizarlo. Aunque a lo mejor ya no se viaja en coche a final de siglo.
Desde la modernización de la línea férrea entre Medina del Campo y Fuentes de Oñoro a finales de los 80, la mejora de las principales infraestructuras para el transporte ha sido impresionante. Pero perdemos población y recursos con más velocidad que nunca. Incluso reaparecen salvadores al viejo estilo, entonces con presas de agua y electricidad (sí, esa que vemos pasar en cables de alta tensión). Ahora son minas de uranio u otras, y sus consabidos miles de puestos de trabajo nunca convertidos en altas indefinidas en la Seguridad Social. La electricidad también sigue pasando, hoy adornando el paisaje con molinos y placas solares.
El apeadero de La Alamedilla esta semana. Aunque sin trenes tampoco resulta muy útil.
Pero todavía se siguen eternizando actuaciones importantes. Mencionaba la línea férrea Medina del Campo-Fuentes de Oñoro, en camino de electrificarse en su totalidad. ¿Acabaran las obras el verano de 2021, en 2023, o en el próximo siglo?, casi cuando ha de plantearse modernizarla obra vez. Claro que con su tráfico habitual no debe haberse desgastado mucho estos 30 últimos años. De momento la adecuación de gálibos, adjudicada a fines de diciembre de 2019, tendrá complicado respetar su plazo de 12 meses. De las intervenciones en la capital apenas se sabe nada, salvo el no finalizado apeadero de la Alamedilla. Aunque las obras sirven de poco si no se usan.
Primer testimonio de obras relacionadas con la electrificación en la margen izquierda de la ciudad, esta semana.
Al menos la reaparición del raro tren a Barcelona (y a Galicia y al País Vasco, todo junto) es una buena noticia, que no puede ocultar recortes en otras líneas. Y nuevas privatizaciones de servicios ferroviarios. Por supuesto apostando por un servicio público de calidad, dicen. En esto el actual Gobierno, en especial el Ministerio de Fomento (de nombre oficial impronunciable), se parece mucho al Ayuntamiento de Salamanca: mucha palabrería sostenible, pero ni siquiera apariencias. Nada nuevo, como el anterior gobierno.
Hace más de un año "nacieron" estos postes en la inútil Estación de Ciudad Rodrigo. Todavía no han llegado a Salamanca.
Por supuesto nada de aprovechar la crisis provocada por la pandemia para repensar el país. No es que necesitemos sus horribles consecuencias para ello, fruto del capitalismo salvaje origen de esta situación. Es un buen momento, si se ha aprendido algo. Aunque los presupuestos del Estado, y demás administraciones, no dan buena impresión. ¿De verdad los fondos europeos serán algo distinto?. Por aquí ya llovieron miles de millones europeos, y no hay manera de encontrar sus efectos positivos en las estadísticas e indicadores de todo tipo. Pues eso, las infraestructuras no traen el progreso ellas solitas, pero no estaría de más tenerlas a tiempo y para algo.
Sigue triunfante el programa de Vías Verdes de la Fundación de Ferrocarriles Españoles, integrado en la red de Caminos Naturales. Desde luego lo más natural para un línea de ferrocarril es que la caminen los usuarios, como el aeropuerto de Castellón.