El club charro siempre se caracterizó por sacar adelante los partidos clave, aunque este año no ha vuelto a ser capaz de hacerlo y su situación es muy delicada
Este Salamanca UDS ya no sabe lo que son las finales. Es duro de aceptar por el aficionado, pero es una auténtica realidad y los números no mienten. El club charro siempre se caracterizó por sacar adelante los partidos clave, aunque este año no ha vuelto a ser capaz de hacerlo y su situación es muy delicada ahora mismo.
Hace no mucho tiempo, el plantel blanquinegro tenía el don de solventar aquellos choques a vida o muerte y solo hay que recordar la forma de meterse en el playoff de ascenso a Segunda División B con una agónica espera sobre el césped y el posterior delirio o las tres eliminatorias para ascender al bronce con gestas como las del Mutilvera, el Poblense o el Compostela.
Y ya ni hay que irse a las luchas por logros como los de subir de categoría. De hecho, con el propio Antonio Calderón al mando aún colea en el ambiente la remontada por 3-2 al Navalcarnero o el partido a cara de perro en Barreiro con el filial del Celta de Vigo que ganaron Asdrúbal Padrón e Iván Calero por 1-2 ante un rival directo en la pugna por la salvación.
A partir de ahí, pocas más tardes de gloria ha vivido el seguidor del conjunto del Helmántico. La primera jornada del curso de la pandemia con el 3-1 al Arenas? y poquito más. En la 2020/2021, el hecho de ganar es una proeza y los triunfos sobre el Coruxo, el Compostela y el Racing de Ferrol parecen heroicidades y son tres victorias en año y pico? No es normal. De verdad que no.
En definitiva, el Salamanca UDS necesita un cambio en muchísimos ámbitos. Dudo mucho que Lovato abandone el barco al acabar la campaña, pero es necesario que haya aire fresco y se vuelva a competir. Lo habitual para un club así tiene que ser ganar y no sumar un +3 cada siglo. Con el Pontevedra era el partido de la temporada y se perdió. Un fracaso que no se puede tapar por decir adiós por completo al sexto puesto. Y el descenso es una realidad y veremos si la doble caída a la 3 RFEF no está más cerca de lo que parece. Los días gordos antes eran puro rock and roll y hoy son una canción triste.