Las intensas lluvias de febrero hacían recuperar para los lumbralenses estampas como la del Froya recorriendo en plenitud el casco urbano de la capital del Abadengo. La crecida de este afluente del Duero estuvo a punto de cubrir las tradicionales puentes de piedra que atraviesan su cauce, recordando a sus vecinos tiempos pretéritos.
Fotos: María Ángeles Pérez