"En estos meses de pandemia entrabas pronto pero no sabías cuándo salías"
Con motivo del Día Mundial de la Mujer Médica, SALAMANCA AL DÍA ha tenido la oportunidad de entrevistar a María Luisa Calvo, médico de familia del centro de salud Garrido Sur, quien ha relatado las dificultades que se ha podido encontrar hasta alcanzar la igualdad en esta profesión.
Empezó sus estudios en Medicina en una época en la que la presencia de mujeres en la Universidad era más baja que ahora, y con muchos estudiantes en constante competencia, "aunque luego fueron llegando más alumnas". María Luisa se aferró a su vocación y su gusto por tratar con los pacientes para dedicarse a eso que tanto le apasionaba, siempre con disciplina y esfuerzo.
Aunque durante su época universitaria no fue discriminada por ser mujer, admite que hubo bastante recelo al ser nombrada jefa de mesa de Anatomía entre un grupo de estudiantes donde era la única chica, "era extraño para ellos pero hemos luchado por igualarnos".
Esta profesional admite que siempre ha luchado contra viento y marea por su vocación y que, a veces, aunque le gustan determinados aspectos de la profesión, "la deriva de la seguridad social, donde cada vez hay más derechos para los pacientes, hace que me plantee que sólo con esa vocación es posible afrontar todas las dificultades".
A nivel profesional, su trayectoria ha sido igualada con los hombres aunque reconoce que durante el tiempo que ejerció como médico de familia en el medio rural la situación era más compleja puesto que "allí el organigrama es que los hombres trabajan y las mujeres estaban en casa, y había desconfianza porque una mujer explorase a un varón".
Así, reconoce que las mujeres médico han sufrido la desconfianza de los hombres teniendo que demostrar su valía y conocimiento en las circunstancias difíciles del ejercicio profesional. En esta situación, pese a que ella realizaba su trabajo de forma normal y el asunto sólo quedó en algo anecdótico, explica que en los casos en los que la exploración debía ser más explícita el hombre acudía a consulta con su esposa por desconfianza y vergüenza.
En cuanto a la conciliación de la vida laboral y familiar, María Luisa recuerda que contó con el apoyo de su madre durante la carrera y los primeros años profesionales. Además, al no haber tenido hijos, no ha tenido la dificultad añadida de tener que organizarse para atender a los niños y poder trabajar, "algo con lo que algunas de mis compañeras lidian".
Además, admite y agradece el apoyo de su marido, "tolerante con mis largas ausencias, adaptándose a horarios extremos y haciendo de conductor, cuando mi cansancio por las largas jornadas aconsejaban que no me expusiera a los peligros de la carretera", añade.
Finalmente, en relación con estos meses de pandemia, la doctora Calvo explica que "ha sido una situación desconocida con mucha disciplina, estudio constante y horarios completos. Entrabas pronto pero no sabías cuándo salías, además del miedo añadido y la dificultad de tener que adaptarnos a la evolución personal de cada paciente".