OPINIóN
Actualizado 02/02/2021
Antonio Matilla

(Con mis disculpas por colgar el artículo en un día que no me corresponde. Ayer lo intenté, pero problemas técnicos me lo impidieron. Gracias por su comprensión)

No quisiera yo contribuir a ocultar la cabeza debajo del ala, porque los humanos solo nos parecemos a los avestruces en que tenemos dos patas, bueno nosotros tenemos piernas, pero en fin?

Sucede que hace unos días participé en un chat de amigos rememorando el Holocausto nazi y los millones de muertos que causaron los campos nazis de concentración y exterminio, especialmente entre los judíos. Hay un antes y un después de Auschwitz y mal construiremos el futuro si ignoramos el horror del pasado.

Por suerte, se lo agradezco, uno de mis mejores amigos, con mucha moderación y sin mayúsculas, me recordó que el siglo XX, por desgracia, había conocido genocidios aún más grandes que el perpetrado por los nazis. Se refería al Gulag soviético y al comunismo chino, centrado en la figura de Mao Tse Tung o Mao Zedong. Cada uno de estos genocidios, el soviético y el chino, superan en número de millones de cadáveres -y no me refiero a los muertos en la guerra- al Holocausto nazi.

Ignoro qué extraña fascinación ha ejercido y ejerce esta ideología ultra izquierdista en muchísimos intelectuales occidentales, incluidos muchos progresistas, de manera que ha logrado neutralizar el más elemental sentido de la justicia y, así como el Holocausto nazi ha producido torrentes de Literatura, Arte y Cine que nos ha mantenido a todos más o menos informados de aquel horror y relativamente vacunados contra su repetición, no se ha producido el mismo efecto en la opinión pública y en la publicada sobre los otros dos genocidios, el soviético y el chino y las secuelas de ambos?Será, tal vez, que los ganadores de las guerras no tienen obligación de hacer autocrítica ?¡Algo tan soviético!-, o que no es plan de perjudicar a los fondos de inversión chinos.

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