A VECES, LA NADA
A veces es la nada, el blanco, nada escrito, el silencio, la roca o el frío.
A veces es el pétalo, el aroma, la brisa, un pájaro cautivo.
A veces es el sol, el ocaso en la tarde, festones de luz bordeando un olivo.
A veces es la risa, la cornisa, el murmullo del viento, la frondosa copa de una encina.
A veces es la aurora de invierno con su luz mortecina.
A veces es amor, lumbre, hoguera y fuego,
O leño retorcido de vida atribulada.
A veces es la imagen de un corazón cansino volviendo a sembrar con siembra inacabada.
A veces es sombra o resplandor, duda y respuesta, la cara de la persona amada.
A veces es tormenta asesina, lóbrego fulgor, emoción desparramada.
A veces silbo en el aire, música eterna, sinfonía encadenada.
A veces es tristeza o primor, o furia amansada.
A veces sutileza o rumor, pasión desenfrenada.
A veces es el blanco, el silencio, a veces es la nada.