Ante el aumento de contagios es más importante que nunca no bajar la guardia y cumplir las normas sanitarias para frenar la transmisión del virus
El incremento de nuevos contagios por Covid-19 obliga a recordar la importancia de extremar la precaución y cumplir las normas sanitarias para evitar contagiarnos y contagiar a los demás. Tal y como recuerdan desde la Consejería de Sanidad, el virus se transmite por contacto directo o inhalación de partículas respiratorias que se emiten con la tos, el estornudo o el habla de una persona infectada. Estas partículas pueden ser de diversos tamaños. Estas partículas pueden alcanzar a una persona susceptible que esté cerca, impactando en algún lugar (ojos, boca, nariz) desde el cual podrían causar la infección. Aquellas partículas que por efecto de la gravedad se depositan en distintos objetos y superficies, contaminan las manos al tocarlos y pueden transmitir el virus a una persona susceptible cuando se lleva las manos contaminadas a la nariz, ojos o boca.
De igual manera es importante señalar que ninguna medida por sí sola es suficiente, por ello es importante no bajar la guardia y cumplirlas todas.
Utiliza la mascarilla: tanto en espacios interiores como al aire libre y en la vía pública. La mascarilla es obligatoria tanto para personas enfermas -para evitar la diseminación de secreciones respiratorias contaminadas-, como las personas sanas para evitar la inhalación de estas partículas.
Para que la mascarilla resulte eficaz, debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Mantener la distancia física interpersonal de seguridad y evitar aglomeraciones: Cuanto mayor es el número de personas en un determinado espacio, mayor es la probabilidad de que haya una persona infectada entre ellas. Se recomienda mantener una distancia física interpersonal de al menos 2 metros, evitar aglomeraciones y lugares muy concurridos (tanto en espacios exteriores como interiores) y respetar las limitaciones de aforo.
Disminuir los contactos sociales: Cuanto mayor es el número de personas con las que socializamos, mayor es la probabilidad de que alguna de ellas esté infectada y nos contagie. Además, si nos relacionamos con muchas personas y somos nosotros los que estamos infectados, contagiaremos a un mayor número de personas susceptibles. Por este motivo se recomienda limitar los encuentros sociales a un grupo de convivencia estable, de forma que nos relacionemos con el menor número posible de personas y que estas sean siempre las mismas. Aprovecha las nuevas tecnologías para comunicarte con tus familiares y amigos y evita las reuniones, celebraciones, etc. de manera presencial. En caso de reunirte con personas que no viven en tu domicilio, trata de hacerlo en espacios abiertos y reduce al máximo el tiempo de estas reuniones.
Ventilar los espacios cerrados: El mayor riesgo de transmisión se produce en espacios interiores; en ellos la concentración de aerosoles -que pueden contener partículas virales- es mayor, especialmente en ambientes muy concurridos o cuando no hay una buena ventilación, por lo que se recomienda:
Realizar al aire libre el mayor número de actividades posible. No obstante, aunque estemos al aire libre, también debemos llevar mascarilla y mantener la distancia física interpersonal de seguridad.
Evitar en lo posible los ambientes interiores, especialmente si están concurridos y mal ventilados. En caso de que resulte inevitable permanecer en estos espacios, reducir el tiempo de permanencia al mínimo indispensable.
Realizar higiene de manos con frecuencia: La higiene de manos, es la forma más sencilla y eficaz que todos tenemos para evitar la propagación de las infecciones que se transmiten a través del contacto. Las manos deben lavarse con agua y jabón, aunque, si no se dispone de agua y jabón, es posible su reemplazo eventual con soluciones hidroalcohólicas. Para que el lavado sea realmente efectivo, debe realizarse empleando el tiempo suficiente (40-60 segundos) y utilizando la técnica adecuada.