El nacimiento del hijo de Dios o el nacimiento de un refugiado, una o las dos cosas a la vez, fue el nacimiento de Jesús. Merece ser cantado como bien ponen de manifiesto los centenares de villancicos. La vida es fecunda y mantener este valor en tiempo de crisis y pandemias es cada vez más necesario. CANTAR LA VIDA, QUE ES EL BIEN QUE COMPARTIMOS TODOS.
El nacimiento de un niño, siempre es un motivo para cantar la vida. Seguramente el motivo más poderoso, porque supone que un padre y una madre han apostado por la vida. Planificar toda nueva vida y apostar por ella es posiblemente lo más importante que podemos decidir con libertad. No es una obligación individual, pero sí el máximo valor para la especie humana.
Se trata de una apuesta incondicional de los progenitores, las 24 horas del día, 12 meses al año -365 días- y 18 años para empezar. GRACIAS POR ESTE COMPROMISO
El Sistema de Cuidados de los progenitores y el apego de los hijos e hijas son los vínculos afectivos más poderoso que existe sobre la tierra. Cuidemos también a la Madre Tierra, Nuestra Casa Común, y dejemos a las próximas generaciones una casa más habitable.
Cantemos y aplaudamos a todas las madres y padres. ¡GRACIAS A LA VIDA!
DESEO Y ESPERO PODER CANTAR LA VIDA EN EL 2021
PERO HABRÁ ESTRELLAS Y FLORES,
Y SUSPIROS Y ESPERANZAS,
Y AMOR EN LAS AVENIDAS
A LA SOMBRA DE LAS RAMAS
(Juan Ramón Jiménez)