La imagen, ya sea literaria o gráfica debe buscar inspiración a fin de lograr fantasía y magia. La imagen poética como afirmara Gamoneda viene de la oscuridad "salimos de la oscuridad como del sueño/ torpemente vivos" El poeta trabaja en la oscuridad, una ráfaga de luz casi siempre emerge de un continuo oscuro, la poesía aspira a la magia de la metáfora y con ella a la verdad que se oculta. Al fotógrafo la luz le recibe y por eso el fotógrafo trabaja desde la luz. Sin luz no hay fotografía. La mejor imagen poética, iluminada por la razón y la belleza de la sensibilidad, en el fondo, surge de la oscuridad y en ella la luz es un logro transitorio y, se podría decir que, aparece como un parpadeo, una idea viva que se presenta como potencia sujeta a un relato, siendo un acto de reflexión que se presenta con la claridad de la palabra.
La imagen gráfica, fundamentalmente fotográfica tiene su principio en la luz, de hacer fotografía es "crear con la luz" la mirada se convierte en la expresión del sentimiento del fotógrafo, unido a su capacidad creadora. Una imagen no es más que la huella de la luz reflejada por los objetos. Por lo tanto, la fotografía es el resultado de la impresión de la luz que un motivo refleja en el sensor digital de la cámara. Cuando hablamos de fotografía hablamos de luz, la palabra en si misma ya tiene toda su connotación foto (luz) y grafía (pintar). O dicho de otra manera pintar con luz.
La luz es un elemento fundamental en la composición principalmente por su capacidad para determinar el significado de una imagen y para expresar emociones. Sin luz no hay fotografía, sin luz no hay poesía. El fotógrafo siempre tiene claro que uno de los factores diferenciadores en la forma de ver y captar imágenes tiene que ver con la luz y el uso que hace de ella.
La luz posee una elasticidad casi milagrosa. Contiene todos los grados de claridad, todas las posibilidades de color, todas las movilidades y es un vehículo para la transmisión de emociones, puede difundir en el espacio la armonía de sus vibraciones,