"Aceptar que esta situación tan anormal esté pasando", "reconocer nuestras emociones" y "adaptar las cosas que hacíamos antes a la situación actual", entre las claves del psicólogo Javier Barreiro para evitar la apatía y el agotamiento mental causado po
La fatiga pandémica es, por definición, "una sensación subjetiva de agotamiento mental, de desmotivación, de apatía, y su origen se achaca a esta situación que estamos viviendo con el coronavirus". Esto hace, tal y como explica el psicólogo Javier Barreiro, "que nos sintamos más tristes, más agotados, más preocupados, más frustrados, e incluso más irascibles".
¿Cómo nos está afectando en nuestro día a día? "La gente tiene más ansiedad, está desmotivada, se producen más trastornos del sueño, la gente no se concentra de la misma manera", y todo esto "puede hacer que también tendamos al aislamiento social y vayamos permitiendo hacer cada vez menos cosas".
No sólo la duración de esta situación excepcional causada por el Covid-19, nueve meses desde el primer estado de alarma decretado en marzo, sino la evolución de la propia pandemia, la sobreinformación a la que podemos llegar a estar expuestos, información -en ocasiones, incluso contradictoria- o el temor a un nuevo confinamiento domiciliario nos afectan emocionalmente. "El problema de esto es el hastío", explica Barreiro, "tenemos la sensación de que esto no se va a acabar y de que cuando se acabe no sabemos cómo va a ser ni cómo nos vamos a recuperar, esto va haciendo que poco a poco vayamos perdiendo nuestras rutinas, nuestras costumbres, las cosas que nos ayudan a tener cierta estabilidad, y esto nos genera estrés, se va acumulando, y llega un momento en el que no sabemos cómo gestionarlo".
¿Qué hacer para evitar caer en la fatiga pandémica? "Hay una cosa fundamental", subraya el experto, "tenemos que aceptar que esta situación tan anormal esté pasando, si no lo aceptamos no seremos capaces de adaptarnos, no luchar contra algo que no podemos luchar, tenemos que desarrollar nuevos recursos y adaptar las cosas que hacíamos antes a la situación que tenemos ahora".
Asimismo, también destaca como una de las herramientas esenciales el "reconocer nuestras propias emociones, si no soy capaz de reconocer que estoy frustrado o enfadado, o cansado de lo que está ocurriendo, es muy difícil que lo pueda expresar correctamente". También es importante "compartir las experiencias y emociones con amigos y familiares".
De igual modo, apunta, "tenemos que ser conscientes de los recursos que tenemos, para adaptarlos y poder llevarlos a cabo, y también buscar nuevas actividades adaptadas, si no puedo ir a tomar un café, puedo retomar las videoconferencias, por ejemplo".
Respecto a las rutinas es fundamental cuidar la salud, "cuidarse, estar más en casa no quiere decir que tenga que llevar una vida más sedentaria y comer peor", añadiendo que "es el momento de cuidar más la salud individual".
Fatiga pandémica que los adultos podemos 'contagiar' a los niños, y es que no podemos olvidar, como explica Barreiro, que" nuestras conductas, cómo reaccionamos a las situaciones que nos afectan, los niños lo van a percibir y es más fácil que reaccionen de la misma manera".
La pandemia del Covid-19 también nos ha hecho ver como sociedad la importancia de la salud mental, y no solo porque "estamos ante una situación que no siempre sabemos como gestionar", sino por los efectos de esta enfermedad. Así lo constata, apunta Barreiro, un reciente estudio realizado en Estados Unidos, y que "constata que el coronavirus no solo puede tener efectos sobre el cerebro, sino sobre las patologías mentales".
"Ahora no solo percibimos el estrés individual, sino también el estrés como sociedad, y esto nos hace darnos cuenta de la importancia de la salud mental más que nunca", concluye.