Fernández Díaz, en el interrogatorio con el magistrado del ´caso Kitchen´, echaba balones fuera. Hasta tal punto que el juez, harto, y alegando un absoluto desconocimiento del exministro, dejó caer irónicamente: "Usted no se enteraba de nada".
El juez García Castellón acuerda un careo entre el ex ministro Jorge Fernández y su ex número dos Francisco Martínez, tras haber tomado declaración a ambos ex altos cargos de Interior hace unos días. Será el próximo 13 de noviembre.
El exministro del interior y su exsecretario de Estado de Seguridad se contradijeron sobre la ´Kitchen´, la trama urdida para expiar ?y robar documentación? al extesorero del PP, Luis Bárcenas. Y presuntamente estas operaciones delictivas se pagaron con fondos reservados del Ministerio del Interior.
Ahora el magistrado quiere enfrentarlos en la misma sala y con él delante. Cara a cara, para conocer sus versiones tan dispares. Pero bien podríamos afirmar que, más que careo, será ´un cacareo entre cacos, mangantes o chorizos´
Asimismo, el juez instructor ha ha llamado a declarar como imputados ?o investigados? a una buena parte de la cúpula policial de entonces. A Eugenio Pino, director adjunto operativo (DAO) de la Policía. A José Ángel Fuentes Gago, el director adjunto operativo de la Policía. A Bonifacio Díaz Sevillano, director adjunto operativo de la Policía. A Marcelino Martín Blas, exjefe de la unidad Asuntos Internos. A Sergio Ríos, chófer escolta de Bárcenas. J. Francisco González, responsable del Área Especial de Seguimientos (AES). Gómez Gordo, policía que fue fichado por Cospedal para que le informara de ´todo´. A García Castaño, comisario de los encargos especiales de distintos gobiernos, principalmente en la lucha antiterrorista. Era el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO): fue un gran espía de los pasos de la de Bárcenas y su familia.
También cita como testigo al que fuera director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, para que aclare posible manejo de fondos reservados.
La ´Kitchen´ ha sido un ´negocio de espionaje y traición´, en el que altas esferas de la Policía, y principalmente el comisario Villarejo, han sido colaboradores necesarios e imprescindibles. Esta subtrama de caso Villarejo "ha puesto de relieve la existencia de prácticas parapoliciales con epicentro en la propia Dirección de la Policía durante la etapa de gobierno de Mariano Rajoy". Y el jefe supremo de esa Policía era Cosidó, que fue quien fichó originariamente a Pino y con él empezó el lío. Y esta ´Operación Kitchen´ fue un encargo de Estado que se fraguó en 2013, cuando Ignacio Cosidó era director de la Policía Nacional (inexplicablemente aún no imputado). Un Cosidó, sin oficio ni beneficio, que no ganó elecciones y que vive de las prebendas de las puertas giratorias que le ha compensado el PP por su ´leales servicios´.
Las llamadas cloacas policiales eran "un concepto asumido mientras su hedor permaneciera en las alcantarillas". Los indicios en poder del juez y los fiscales afianzan la tesis de que el Gobierno del PP usó a la Policía para boicotear investigaciones judiciales con fines partidistas.
Por otra parte, según apunta la Fiscalía, Cospedal, exsecretaria general del PP, tendría interés personal´ en la ´Kitchen´, ya que la documentación que se quería conseguir era "supuestamente comprometedora para ella". Este ´sutil servicio´ era para salvar a Rajoy y a ella. Sus nombres aparecen en reiteradas ocasiones en conversaciones 'pinchadas' a Villarejo. Y como se refleja del escrito de Anticorrupción se solicita al juez la imputación de Cospedal y de Jorge Fernández Díaz por delitos de prevaricación, descubrimiento y revelación de secretos y malversación. Es más, el juez ve indicios que "claramente incriminan" a Fernández Díaz en la Kitchen.
En este sentido, Villarejo, el comisario jubilado y ahora en prisión desde 2017, cree que el "PP y PSOE no quieren que vaya a la comisión del caso 'Kitchen´. Y asegura que esa operación fue ideada por las altas esferas del Gobierno de Mariano Rajoy, y afecta de lleno a los órganos de poder del Estado". Y por eso Unidas Podemos, ERC, PNV y otros, y también Vox, recelan en este caso de los dos partidos bipartidistas ¿Tendrán algo que ocultar?
¿Este careo nos permitirá conocer al verdadero cerebro de 'Kitchen'? ¿El juez podrá aclarar quién dio la orden y cita a Pérez de los Cobos para determinar el uso de fondos reservados?
En este encaramiento el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez Vázquez ha señalado ante el juez que el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz estaba al tanto de todo el 'operativo Kitchen' y que fue la primera persona que le informó sobre la captación del chófer como confidente policial. O sea, un topo.
Sin embargo, el exministro ha negado cualquier relación con la supuesta operación policial en torno a Luis Bárcenas. Ha defendido la inocencia de Rajoy y su Gobierno y de otros miembros del PP (como la exsecretaria general del PP, Cospedal), y ha colocado toda la responsabilidad en su exsecretario de Estado y en la cúpula policial.
Fernández Díaz, en el interrogatorio con el magistrado, echaba balones fuera. Hasta tal punto que el juez, harto, y alegando un absoluto desconocimiento del exministro, dejó caer irónicamente: "Usted no se enteraba de nada".
El exministro Fernández Díaz, que va más del credo religioso que del político, rayando en el fanatismo, derivó la actividad política hacia afinidades ideológicas y praxis de grupos religiosos ultraconservadores. Santurrón y meapilas, mintió y cometió ?según su subordinado Martínez? más maldades y delitos que el mismo diablo (ese satanás que quiere destruir España (se lo confesó el Papa Benedicto XVI al exministro). Fernández Díaz quiere ´salvar´ de la quema al jefe y amigo. Por eso es capaz de sacrificarse y expiar sus pecados. Y como penitencia aceptaría ser el chivo expiatorio de la ´Kitchen´, y así cortar de raíz las imputaciones a Mariano Rajoy.