"Estamos en una situación límite", apunta Javier Sanz, director del Gimnasio Kata Centro, y que refleja el malestar y preocupación por el segundo cierre de un sector que, como subraya, han dotado a sus centros " de todo tipo de medidas y más" para
"Inoportunamente y sin ningún tipo de criterio, es una decisión mal tomada". Es el malestar, en palabras de Javier Sanz, director del Gimnasio Kata Centro en Salamanca, de un sector que afronta desde este viernes el segundo cierre desde el inicio de la pandemia, habiendo reabierto sus puertas el pasado junio después de tres meses de cese total de la actividad durante los tres meses de confinamiento del anterior estado de alarma. El sector de gimnasios e instalaciones deportivas es uno de los que se está viendo severamente golpeado por los efectos de la crisis causada por el Covid-19 y por las restricciones implantadas para frenar su evolución. Con las nuevas medidas restrictivas que han entrado en vigor en Castilla y León, y que se prolongarán durante los próximos 14 días, se procede al cierre de instalaciones y centros deportivos para la realización de actividad física que no sea al aire libre, salvo para la práctica de la actividad deportiva oficial.
"Estamos en situaciones límites", porque "llevamos prácticamente nueve meses en el dique seco", y ahora "viene este golpe", apunta Javier Sanz, quien además subraya las estrictas medidas que han adoptado en sus instalaciones para garantizar la seguridad de los usuarios. "La gran mayoría estamos haciendo las cosas bien, como las hemos hecho siempre, los usuarios son tremendamente importantes y necesarios, y siempre hemos mirado por su seguridad, por su tranquilidad y confianza". En su caso, como explica, "desde que decidimos abrir en junio, hemos dotado al gimnasio de todo tipo de medidas y más, aquellas que oficialmente nos exigían, y por encima de esto, hemos puesto más, por que la salud es fundamental y el usuario tiene que sentirse seguro".
Medidas que incluyen, entre otras, el uso obligatorio de mascarilla y la toma de temperatura al entrar en el gimnasio. "Hemos establecido un pasillo de acceso (gel, alfombras bactericidas...), y hemos ese gran esfuerzo por limitar el aforo y el espacio, hemos seleccionado una máquina sí y una no, para guardar siempre la distancia, podíamos haber puesto una mampara, pero hemos preferido eliminar elementos para tener esa distancia mínima de seguridad asegurada". Al tiempo, destaca que "el usuario se ha volcado de una manera importante porque han contribuido y colaborado muy bien".
Y las estadísticas avalan el trabajo realizado para garantizar la seguridad en sus instalaciones. "La Federación Nacional de Instalaciones Deportivas, la que está en contacto con el CSD, CCAA y servicios de Sanidad, nos remite constantemente índices de contagio, un 0,28% en instalaciones deportivas. Con esta incidencia, que ahora nos cierren, es la peor decisión que han podido tomar", remarca.
Un segundo cierre en lo que va de año que conlleva serios problemas económicos para los gimnasios, tras unos meses que están siendo realmente difíciles, como reconoce Javier Sanz. "En junio nos encontramos con el miedo de la gente a retomar la actividad, y además todavía estamos compensando a los usuarios" por el tiempo que no pudieron acudir al gimnasio durante los meses de confinamiento. Septiembre, apunta, tampoco fue un mes bueno, "y luego empezaron con las restricciones, no se podía salir de Salamanca capital; la limitación del toque de queda a las 10 de la noche, en pleno auge horario para la gente que sale de trabajar; y a principios de este mes viene este golpe".
Hay otro aspecto, el papel que juega el deporte y sus beneficios para la salud, y que tampoco ha sido tenido en cuenta a la hora de valorar si los gimnasios debían seguir abiertos o cerrar. "La gente que viene a un gimnasio lo hace para mejorar su salud, y más que nunca, ahora el deporte es también esencial para cuidar la salud emocional".