La reciente y fallida moción de censura presentada por Vox en el Congreso no ha hecho sino evidenciar durante su debate el cambio de estrategia del PP, que ha desechado la praxis de cercanía a las tesis voxeras que venía practicando Pablo Casado hasta las elecciones autonómicas gallegas y vascas.
El resultado de aquellos comicios autonómicos, que otorgaron la mayoría absoluta a Alberto Núñez Feijoo (de línea más centrista dentro del PP), y devinieron en un sonoro fracaso de Carlos Iturgaiz (con una línea de derecha más dura), provocó un análisis profundo en el PP nacional que ha derivado en un evidente cambio de estrategia.
De esta manera, desde entonces los populares han buscado virar hacia el centro y alejarse de las tesis más cercanas a Vox que practicaba, por ejemplo, la exportavoz popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, sustituida tras las elecciones gallegas y vascas, en ese proceso de redefinición de estrategia del PP.
Como resultado de ello, y pese a los intentos de Vox durante la moción de censura de que el PP votase a Santiago Abascal para llegar a la Moncloa, los populares rechazaron esa idea, como también lo hizo Ciudadanos, en un proceso similar al PP de búsqueda del centro. De este modo, solamente los diputados de Vox votaron por el candidato que presentaban como alternativa a Pedro Sánchez, mostrando la soledad en que se hallan los de Abascal tras la redefinición de estrategias de PP y C's.
Por todo ello, la moción de censura de Vox, más allá del eco mediático y visibilidad para su mensaje que buscaba esta formación, sólo ha servido para ver por dónde se van a encaminar las actuaciones de PP y C's en los próximos meses, esperándose un tono menos bronco por su parte y un alejamiento de los posicionamientos de Vox.
En este aspecto, todo induce a pensar que populares y naranjas buscarán lanzar un mensaje en el que aparezcan como la alternativa más cercana al centro, señalando como radicales al PSOE y Unidas Podemos a la izquierda y a Vox a la derecha.
De esta manera, la nueva estrategia del PP no pasa ya por intentar competir con Vox por el electorado que perdió por la derecha, sino que buscará recuperar parte del voto más centrista perdido a favor del PSOE, ante unos populares que se escoraban demasiado a la derecha para esa parte de su antiguo electorado.
De un modo similar, Ciudadanos intentará no desaparecer, presentándose como un partido de centro liberal que se prestará a pactar cuestiones concretas tanto con PP como con PSOE, dejando de lado la línea seguida por su antiguo líder, Albert Rivera, en las últimas elecciones generales, en que recelaba de tomar acuerdos con el PSOE.
Por su parte, el PSOE intentará no quedar encasillado en la izquierda radical por compartir gobierno con Unidas Podemos, quienes a su vez buscarán no quedar diluidos por su participación en un gobierno en el que los socialistas son la mayoría que lleva la voz cantante.
Por tanto, podría decirse que la moción de censura de Vox prácticamente sólo sirvió para aclarar las posiciones y forma en que actuarán las distintas formaciones políticas en los meses venideros, pues la moción se sabía de antemano que fracasaría, habida cuenta de los escaños que manejan los diferentes partidos.