Tan importante como conocer los factores de riesgo es saber detectar las señales de alerta de un ictus, ya que estamos ante una emergencia sanitaria en la que cada minuto cuenta
Un accidente cerebrovascular o ictus cerebral es la pérdida de funciones cerebrales producto de la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro que origina una serie de síntomas variables en función del área cerebral afectada. En España, alrededor de 130.000 personas sufren un ictus cada año. Cabe recordar, con motivo este 29 de octubre del Día Mundial del Ictus, que las enfermedades cerebrovasculares se sitúan entre las primeras causas de mortalidad en nuestro país (la primera entre las mujeres, la segunda entre los hombres). Un tercio de las personas afectadas sufrirá una discapacidad que le impedirá valerse por sí mismo. Más de 300.000 personas españolas presentan alguna limitación en su capacidad funcional tras haber sufrido un ictus. Asimismo, se estima que una de cada seis personas padecerá un ictus a lo largo de su vida.
Tan importante como conocer los factores de riesgo -y que en la mayoría de los casos se pueden prevenir siguiendo unos hábitos de vida saludables- es saber cómo detectar las señales de alerta de un ictus, ya que lo más importante es ser atendido lo antes posible. Los síntomas pueden ser múltiples y variables, pero fundamentalmente son de tipo neurológico y de aparición brusca.
Factores de riesgo
Pérdida brusca de fuerza, entumecimiento o debilidad de la cara y/o las extremidades, sobre todo si afectan al mismo lado del cuerpo: pida a la persona que sonría o pídala que sople hinchando los carrillos para comprobar si hay alteración de la simetría de la cara y pídala que levante los dos brazos para comprobar si hay pérdida de la fuerza o de la movilidad en uno de ellos.