Tras unas semanas con unos datos pésimos, acercándose al borde del abismo de los 500 casos de covid por 100.000 habitantes que implicarían el 'cierre' de la ciudad, esta semana el municipio de Salamanca finalmente superó dicha cifra, decretando la Junta, como consecuencia de ello, el confinamiento de la capital provincial durante las dos próximas semanas, en las que sólo se podrá entrar o salir de Salamanca con causa justificada (para trabajar, ir al médico, etc.).
De esta manera, Salamanca se une a otras capitales provinciales que se hallan en la misma situación por sus malos datos epidemiológicos, como Orense, León, Palencia o Madrid, sin ruido mediático en el caso de las tres primeras, y con un circo montado en el caso de la capital nacional, de guerra abierta entre partidos, que da vergüenza ajena.
Sin embargo, Salamanca no es el primer municipio de la provincia que ha tenido que 'reconfinarse', sino que la voz cantante en este aspecto la llevó Sotoserrano, en la Sierra de Francia, donde las 'no fiestas' le costaron al pueblo dos semanas de confinamiento, tras haberse disparado los positivos después de organizar algunos vecinos actos festivos con charangas incluidas, ante la ausencia de un programa oficial en las fechas de las fiestas patronales.
En el caso de la ciudad de Salamanca, las fiestas clandestinas también han tenido mucho que ver en el repunte de casos, habiendo denunciado diversos medios el desarrollo de fiestas en locales, además de botellones, saltándose todas las medidas sanitarias habidas y por haber respecto al covid. En los hechos se vieron implicados decenas de estudiantes de la universidad, hasta el punto de que la Universidad de Salamanca ha expulsado a casi medio centenar de estudiantes tras haber sido denunciados por saltarse las normas sanitarias.
No obstante, si los datos llevan a pensar que los jóvenes han sido el sector de edad que más ha obviado las recomendaciones y obligaciones decretadas por las autoridades sanitarias, cabe señalar que ha habido denuncias por incumplir las mismas en Salamanca en todos los sectores de edad (superando el medio millar en la semana previa a decretarse el cierre de la ciudad), habiendo crecido en las últimas semanas en la capital provincial el número de casos de covid en todas las franjas de edad, aunque con más incidencia entre la juventud.
Por todo ello, como dice el refrán, "de aquellos polvos estos lodos", y ante la excesiva relajación (cuando no incumplimiento) de las medidas contra el covid habido en Salamanca en las últimas semanas, se ha llegado a un punto en el que el nivel de incidencia del virus en la capital provincial se ha disparado por encima de unos valores que puedan considerarse fácilmente controlables, y en los que ya se considera que hay transmisión comunitaria.
Queda ahora esperar que en la capital se hagan las cosas bien en estas dos semanas y los datos puedan mejorar, pues cuanto más tiempo duren las restricciones en Salamanca más daño se hará a sí misma la propia ciudad, y repercutirá negativamente en la provincia. Esperemos que la sociedad salmantina tenga suficiente altura de miras y responsabilidad como para saber actuar conforme a las medidas anti-covid, y puedan reducirse notablemente los niveles de contagios diarios, evitando tanto nuevos fallecimientos, como el propio colapso del Complejo Hospitalario.