Calcula el tiempo que has vivido. Pero no sumes los años, tampoco los días y las horas. Cuenta los momentos que has disfrutado por el amor que recibiste, y el que has dispensado sin esperar nada a cambio. Añade, asimismo, las deudas que has perdonado a quien no podía pagarlas. Recuerda también, los espacios por donde has caminado conversando contigo mismo. El resultado, es el tiempo que has vivido, el resto, es inconsciencia.
M. Lamas