La sanitaria ejerce en el Centro de Salud de Peñaranda, en el que ha cambiado de manera radical su manera de trabajar y la atención con los pacientes tras la llegada del coronavirus
La Atención Primaria, la que se vive a diario en los Centros de Salud, tiene facultativos que, tras la bata y la profesionalidad, esconden personas de carne y hueso que a diario viven con intensidad una nueva realidad que, lejos de ser algo rutinario, se ha convertido en esfuerzo y sufrimiento compartido con los pacientes.
Y que sería de los médicos sin las enfermeras, grandes valedoras de los cuidados más detallistas y cercanos de una sociedad que hoy, al igual que el colectivo, viven con incertidumbre la vuelta más agresiva del coronavirus.
Mar Rodríguez es enfermera en el Centro de Salud de Peñaranda, y no esconde su desazón por la situación ni los cambios que el Covid-19 ha generado en su vida profesional y personal.
¿Cómo estás viviendo el día a día en el Centro de Salud?
M.R: Pues un poquito complicado sobre todo a nivel psicológico, y pensé que no nos iba a afectar tanto, pero si estamos un poquito saturados, lo estoy notando mucho.
Un día normal ahora, desde que entras por la mañana, cual es tu labor, a que te dedicas, cuales son las nuevas rutinas de tu jornada.
M.R: Pues depende un poco porque hacemos turnos para diferentes cosas, entonces si nos toca hacer las PCR, que son las pruebas específicas en este caso, pues estoy a tope porque se ha incrementado muchísimo el número que se hacen diariamente o cuando se programan porque vienen de toda la zona básica y son muchísimas pruebas. Se están haciendo dependiendo de la demanda. Antes se realizaban los días que había analítica porque es una prueba que se analiza en laboratorio, entonces en el Centro de Salud se hacía tres veces a la semana. Con el incremento que supuso agosto empezaron a hacerse diariamente y ahora parece que había bajado un poquito, pero se están haciendo tres días a la semana. Todo esto es a primera hora de la mañana, añadido a tu jornada normal diaria, entonces si te toca analítica, haces analítica o si te toca PCR pues haces las pruebas y luego haces tú turno normal, con tu consulta o con las compañeras que van a los pueblos? cada uno sus asuntos, más las guardias... Nosotros no paramos nada
A nivel de tu área ¿cómo estás viendo esta segunda ola?
M.R: Mal?Mira la residencia San Pedro forma parte de mi cupo, aunque la atención no la hacemos directamente. Con ella nos ha dado muchísimo bajón porque nos habíamos librado, la primera ola habíamos estado fenomenal, las residencias intocables toda la zona era la joya de la corona. A los compañeros nos ha respetado bastante también en general, ha habido alguna cosa, pero muy leve todo y muy poco, la verdad que nosotros nos hemos sentido un poquito privilegiados un poquito inmortales, no sé, pero ahora ya no, ahora ya no es la precaución que tenemos siempre, ahora en las guardias hay un estrés añadido. En todos los años que llevo de profesión no he vivido algo así, siempre estás alerta eso sí, pero como esto no.
¿Cómo ha cambiado tu trabajo de marzo hasta aquí?
No tiene nada que ver, yo tenía muchísima consulta de diario, casi todo crónicos, tus consultas a domicilio, pero todo como muy organizadito pero ahora mismo no, puede dar la impresión de que hay menos gente en el centro y haces menos, pero es al contrario, un montón de gente a la que tienes que llamar, que te llama.. Es radicalmente diferente. Porque lo mío es presencial, yo no puedo curar a la gente por teléfono, telecurar. Y la gente tiene miedo, no hemos retomado todas las consultas, hay mucha gente que no quiere venir. Se nota mucho el miedo? hay gente que no sale de casa, lo cual no me extraña porque yo que no soy una miedosa y la situación ya nos está haciendo mella.
A nivel personal de marzo hasta aquí ¿nueva vida?
M.R: Claro, en marzo venía a trabajar y como no salía nadie, solo salíamos nosotros, era distinto. Yo por ejemplo vivo sola, tampoco tengo ningún problema como mis compañeros que tienen su familia en casa y cuando llegas no sabes si contagio o no. Yo, por desgracia, no lo tengo y el trabajo al fin y al cabo era un entretenimiento, cosa que otra gente desgraciadamente no tenía. Luego ya después del confinamiento hemos ido normalizando un poco, no mucho, pero un poquito se ha ido recuperando la vida para todos?pero ahora otra vez, yo estaba de vacaciones cuando empezó y ahora si está siendo duro sobre todo en lo psicológico. Soy muy echada para adelante siempre, pero reconozco que esta nueva ola me está tocando.
¿Tenéis un gabinete psicológico de apoyo?
M.R: Si, si lo tenemos, es importante en estos momentos
¿Os sentís respaldados en la Atención Primaria a nivel de administraciones?
M.R: Yo que soy supercrítica normalmente creo que han hecho lo que han podido porque ha sido tremendo. En cuanto a material, hoy por hoy tenemos. Al principio nos ayudaron organismos como la Mancomunidad, los ayuntamientos, gente particular?fue excelente. La situación del principio de solidaridad y de unión fue ideal. Cosa que ahora ya no, ya no trabajamos, ya nos critican, ahora ya no somos tan buenos, ya no se nos aplaude. No se como hemos pasado de los aplausos a la critica y a las pintadas de asesinos en algunos lugares, es que no entiendo ni una cosa ni la otra, ni somos héroes ni somos villanos, está clarísimo, somos profesionales, nos dedicamos a algo que nos gusta y nos ha tocado vivirlo desde este lado, por suerte desde este lado, por lo menos hasta ahora
¿Qué crees que podemos hacer los ciudadanos para poder controlar lo que está pasado?
M.R: No sé lo que está pasando, no se porque en Asturias no y aquí sí. Creo que puede estar en sistema de vida de los españoles, somos así, de calle, de grupo, de achuchón. No creo que la culpa sea del presidente del gobierno, creo que es la actitud general. No tenemos base para decir porque aquí si y en otros lados menos. Lo que produce los brotes sí que está claro, está clarísimo, las reuniones familiares, la movilidad?comprende que en verano ha venido gente de todos los sitios y tu familia está cada uno en un lugar y nos encanta vernos y darnos un abrazo y no vamos a ningún sitio, pero nos juntamos todos en una casa del pueblo. Es muy difícil siendo así?Pero a nivel de consejos, pues lo de siempre, higiene de manos, distancia social? me está dando miedo las celebraciones que se están haciendo ahora. Parece mentira, no escarmentamos, y hacemos reuniones y celebraciones como si no pasara nada, debemos tener mucho cuidado.
¿Crees que esta situación con el Covid ha llegado para quedarse?
M.R: No sé si acabaremos siendo inmunes, no tengo la bola de cristal, pero me parece que la situación es complicada. Viendo como han sido las cosas creo que vamos a seguir así con la curva en modo montaña rusa.
¿Cómo ves el planteamiento de la vacuna?
M.R: La vacuna no es la panacea. Es que las garantías de una vacuna sacada a destajo?que se tarda muchos años de pruebas, investigación con animales, con personas, estudios serios?Si sale al mercado con garantía de que no tiene efectos adversos, yo creo que es buena, pero primero destinada a personas de riesgo, pasa como la gripe, que al final hay una inmunidad de grupo, que eso si que lo hacen las vacunas, porque por ejemplo las enfermedades infantiles? pero habrá que verlo.