No han salido publicadas en el Boletín Oficial del Estado, ni saldrán, pero desde Upuntocurioso nos parecía importante aportar algunas ideas que bien podían haber sido verdad, con algo de previsión y de sentido común, pero qué vamos a saber nosotras, mujeres, jóvenes, emprendedoras, comprometidas con lo cultural, social y educativo a todos los niveles. Qué vamos a saber?
- 1. Obligatorio traducir la conciencia social a la realidad más cercana y dejar el egoísmo a un lado. Si hoy un pequeño sacrificio por mi parte puede salvar al de al lado, lo haré pensando en el bien común. Compras en comercios locales, ayuda a los más perjudicados por la pandemia, control de la crítica desaforada?
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- 2. Prohibido caer en la tentación de ponerle etiquetas a la pandemia con la intención de aliviar la responsabilidad personal que todos y cada uno de nosotros asumimos en ella. No es un asunto del gobierno, de los chinos, de Trump, de los negacionistas ni de la madre del cordero. Es tu asunto, Y el mío.
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- 3. Recomendable olvidar las aglomeraciones, celebraciones multitudinarias y eventos masivos. El mundo también os lo va a agradecer. Es hora ? por fin- de revitalizar el entorno rural con cabeza y con cuidado. En las aulas de los municipios más pequeños es fácil mantener las distancias de seguridad y así recordamos que los pueblos no son solo para el verano.
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- 4. Ante un caso posible de COVID19 el protocolo a seguir debe ser el marcado por las autoridades competentes correspondientes sin olvidar en ningún momento que estamos hablando de personas. No criminalizamos la enfermedad ni ponemos nombres y apellidos a los contagios con la intención de criticar comportamientos, crear rencillas o sacar trapos sucios que no vienen a cuento.
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- 5. Y, por supuesto, no les hagamos creer a los más vulnerables (los niños y los ancianos) que no poder darnos un abrazo o tocarnos implica la pérdida de contacto. Es el momento ? más que nunca- de confiar en el poder de las palabras, de una llamada a tiempo, una mirada de cariño y tiempo para contarnos cómo nos sentimos o qué necesitamos.
Qué difícil, ¿verdad?
Rebeca Martín
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